GUATEMALA.- Una pequeña de año y medio sobrevivió cuatro días sin comida ni agua en una vivienda en donde presenció la matanza de su madre, otra mujer y sus dos hijos, entre cuyos cadáveres permaneció hasta que fue rescatada gracias a que los vecinos escucharon su llanto.
El terrorífico escenario en el que se vio mezclada y su hazaña de sobrevivir al lado de los cuerpos asesinados frente a ella despertó entre los guatemaltecos un sentimiento de empatía por la niña que ahora quiere ser adoptada por al menos 20 personas que la vieron en el hospital.
"Si la estuvieran dando en adopción, no tarda ni cinco minutos aquí", dijo a la AP Héctor Rivera, el policía que custodia a la niña por haber sobrevivido a la matanza las autoridades aún no pueden explicar. Todas las víctimas eran nicaragüenses.
La niña fue llevada al hospital Roosevelt de esta capital el sábado después de que la policía allanó la vivienda en donde se encontraba, en un suburbio de clase media y baja del oeste de la capital, porque vecinos denunciaron que de la morada emanaban olores desagradables.
Una enfermera que la cuida comentó el miércoles que la niña se recuperó satisfactoriamente del cuadro que presentaba a su ingreso de deshidratación y la dermatitis que sufrió por numerosas picaduras de mosquitos que la asediaron los días que estuvo sola.
Al entrar a la residencia, la niña lloraba desesperadamente en medio de los cuerpos abatidos a puñaladas y golpes de la nicaragüense Carolina Urbina Largaespada de 25 años, sus hijos Kevín y Moisés, de 7 y 5; y una adolescente de 17 años, embarazada, que tampoco ha sido identificada plenamente.
Desde entonces la pequeña se encuentra como XX, denominación que se da a los pacientes que no pueden ser identificados por el hospital y desde una cama en la sección de pediatría la niña sonríe y se muestra afable con quienes le muestran simpatía, constató la AP.
La trabajadora social que revisa el expediente de la niña Antonieta de Cordón expresó que la fiscalía deberá determinar la identidad de la niña pues hasta ahora no ha podido ser confirmada plenamente por lo que seguramente será trasladada a los servicios sociales.
Una nicaragüense, Mirella del Rosario López, dice ser abuela de la pequeña y madre de la adolescente asesinada y está gestionando que le entreguen a la niña que según ella se llama Fabiola.
López es originaria de Chinandega y no se explica lo que le ocurrió a su hija.
Una de las hipótesis del crimen fue aportada por familiares de Urbina que llegaron desde Nicaragua para reclamar los cuerpos y dijeron que pocos días antes de la matanza, aparentemente perpetrada el 30 de noviembre, la mujer les dijo que había sido amenazada de muerte por pandilleros.
Según esta versión que la fiscalía intenta verificar, Urbina era propietaria de una venta callejera de ropa en el centro de la ciudad, en donde los pandilleros la extorsionaban diariamente a cambio de no hacerle daño.
La mujer habría dejado de pagar los chantajes y por esa razón fue asesinada junto a quienes la acompañaban en su casa.