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Documentos del FBI detallan nuevos casos de tortura en Irak y Guantánamo

La información, publicada hoy en el periódico The New York Times, afirma que los prisioneros sufrieron golpes, estrangulamientos o inmovilizaciones prolongadas e incluso quemaduras en las orejas con cigarros.

21 de Diciembre de 2004 | 11:03 | El Mercurio en Internet
WASHINGTON.- Una serie de documentos desclasificados de la Oficina Federal de Investigación estadounidense (FBI) revelan nuevos tipos de tortura a prisioneros iraquíes por parte de soldados americanos, que además se producirían en la base militar de Guantánamo.

La noticia, publicada hoy en el periódico The New York Times, afirma que documentos desclasificados desvelan que los prisioneros sufrieron golpes, estrangulamientos o inmovilizaciones prolongadas.

Dichas torturas se habrían producido tanto en la cárcel iraquí Abu Ghraib, donde ya se conocían casos de este tipo que incluso derivaron en condenas judiciales y militares contra los soldados, así como en la base que Estados Unidos tiene en Cuba, campo que se usa como prisión.

Además de aportar más detalles de las torturas, los documentos del FBI confirman que estas prácticas eran conocidas entre un amplio círculo de representantes gubernamentales.

La desclasificación de archivos se produce en medio de la investigación que el gobierno norteamericano sigue en contra de militares y soldados que participaron o presenciaron estos abusos.

De acuerdo a los escalofriantes detalles de las torturas, además de golpes y estrangulamientos, incluso se llegaba al punto de lastimar a los prisioneros introduciendo cigarrillos encendidos en sus orejas.

Sobre la situación en Guantánamo, The New York Times afirma que varios agentes del FBI fueron testigos de cómo se mantenía encadenados, tirados en el suelo de la sala de interrogatorios y en posiciones incómodas durante 24 horas a los prisioneros, que se defecaban y orinaban encima.

Un agente escribió que fue testigo de cómo los soldados dejaban apagado el aire acondicionado de una sala, que alcanzaba por ello temperaturas de hasta "cien grados". Un prisionero, medio inconsciente, se había arrancado la mayoría de su pelo con sus propias manos para soportar el calor.
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