BAGDAD.— El grupo terrorista liderado por Abu Musab al-Zarqaui negó el jueves haber participado en los ataques dinamiteros contra dos ciudades santas chiítas que mataron a 67 personas, pero prometió continuar combatiendo a los “infieles” que apoyan a Estados Unidos.
“Nosotros, Al-Qaeda en Irak, declaramos que no somos responsables de las explosiones y operaciones en Karbala y Nayaf, y le decimos a todos los que apoyan a los estadounidenses y se unen a ellos en su ateísmo y criminalidad, que continuaremos nuestra jihad (guerra santa) contra ustedes con todos los medios”, manifestó el grupo de al-Zarqaui en una declaración difundida a través de Internet.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de los ataques en las dos ciudades santas chiítas que provocaron la peor matanza de meses en Irak.
Las embestidas —en una procesión funeraria en Nayaf y en una estación de autobuses en Karbala— parecieron planeadas para provocar violencia entre distintos grupos de la mayoría chiíta y la minoría sunita.
La negación del al-Qaeda tuvo lugar un día después del arresto en Karbala de seis sospechosos, entre ellos un ciudadano de una ex república soviética, de haber participado en los ataques.
Un extranjero no identificado habría admitido haber sido entrenado por la red terrorista de Osama bin Laden en un país europeo, dijo el portavoz policial Rahman Meshawy el jueves.
