TEGUCIGALPA.- A 28 aumentó la cifra de muertos en un ataque de cuatro pandilleros a un autobús del transporte público que circulaba con numerosos pasajeros por una ciudad de la costa atlántica de Honduras.
Las edades de las víctimas fatales, entre ellas seis niños y 22 adultos, oscilan entre los 2 y 45 años.
Danilo Cruz, director del hospital "Mario C. Rivas" de San Pedro Sula, explicó que "en el hospital han muerto hasta ahora 12 personas, dos niños y 10 mujeres, y atendemos a 14 heridos".
La matanza ocurrió la noche del jueves en la colonia San Isidro de Chamelecón, a 200 kilómetros al norte de Tegucigalpa, cuando los pasajeros retornaban a sus hogares procedentes de sus centros de trabajos o de realizar compras para celebrar la Nochebuena.
Se estima que en el autobús viajaban unos 53 pasajeros.
Un automóvil con dos hombres armados se le atravesó al autobús en la calle para detenerlo. Del vehículo se bajó un hombre, que disparó contra la unidad, según declaró el ministro de Seguridad Oscar Álvarez.
Dos individuos más dispararon inicialmente desde atrás del autobús a los pasajeros, la mayoría mujeres y niños. Después se colocó al lado izquierdo de la unidad y continuó disparando.
"Los asesinos huyeron al consumar la masacre", subrayó Álvarez.
"En el interior de la unidad quedaron tiradas gran cantidad de bolsas de plástico y papel en las que los pasajeros llevaban a sus casas regalos y comida para disfrutar la Navidad", afirmó el vocero policial subcomisario Wilmer Torres.
Indicó que "sólo 20 cadáveres han sido identificados y ocho no ha sido posible hacerlo porque sus familiares no han acudido al hospital".
Torres aseguró que 16 pasajeros murieron de inmediato en el interior del autobús. El chofer, Guillermo Salgado, de 21 años, falleció y su cuerpo quedó sobre el volante, al igual que el ayudante Víctor Ramírez.
Rechazo a la pena de muerte
Los agresores usaron fusiles automáticos AK-47, que dispararon repetidamente y en forma indiscriminada contra el vehículo.
Pegaron también un enorme papel en el vidrio delantero del autobús con un mensaje con ofensas contra el Presidente Ricardo Maduro, el presidente del Congreso, Porfirio Lobo Sosa, y Álvarez.
Lobo Sosa es uno de los precandidatos presidenciales del Partido Nacional, de gobierno, para los comicios primarios de febrero. El político impulsa restaurar la pena de muerte para lo que considera "crímenes abominables" a fin de castigar en forma ejemplar a los asesinos, violadores sexuales y secuestradores.
En su mensaje, los asesinos se presentan como un grupo revolucionario que se opone a la pena de muerte, abolida en 1957.
La policía arrestó e interroga en San Pedro Sula a un sospechoso de la peligrosa Mara (pandilla) Salvatrucha (MS) por guiar un vehículo similar al que participó en el ataque. Le decomisaron una pistola de calibre .38 y numerosas municiones de fusiles M-16 y AK-45.
Maduro declaró que "mi gobierno no tolerará este tipo de masacres que tienen el objetivo de amenazarnos y retar al pueblo... y estamos reaccionando con fuerza ante las circunstancias".
Ofreció asimismo 50.000 dólares para quien ofrezca información sobre la identidad de los responsables de la matanza.
El congreso aprobó en agosto de 2003 una ley que aplica penas de hasta 12 años en prisión a los miembros de las pandillas MS y Mara 18, que aterrorizan desde 1990 a la población.
Con más de 100.000 afiliados, las maras controlan las barriadas pobres de las principales ciudades hondureñas, según informes de prensa.
El ataque se produjo dos días después que el gobierno denunció haber detectado preparativos de narcotraficantes y criminales locales para asesinar a Maduro y su familia, y también a Álvarez.
