BEIJING.- El ministro de Exteriores iraquí, Hoshiyar Zibari, ha pedido en Beijing que las Naciones Unidas apoyen y "tomen más en serio" las elecciones legislativas que el país árabe celebrará el próximo 30 de enero.
"Esperamos que las Naciones Unidas redoblen sus esfuerzos y tengan en cuenta este evento (las elecciones) de forma más seria que hasta ahora", señaló el canciller en una entrevista con reporteros celebrada en la Embajada de Irak en Beijing.
Zibari, que viajó a China en una visita oficial para pedir más apoyo de Beijing al plan de reconstrucción de Irak, señaló que el Gobierno Interino iraquí "no está satisfecho ante el nivel de implicación de las Naciones Unidas" en el proceso electoral.
Destacó que en ellas la ONU debe dirigir, no sólo aconsejar, y pidió una mayor presencia de fuerzas de paz e inspectores de las Naciones Unidas para asegurar la limpieza del proceso electoral "y hacerlas creíbles al pueblo iraquí y la comunidad internacional".
Zibari también habló de la necesidad de un juicio justo para el ex presidente iraquí Saddam Hussein, "algo crucial para la credibilidad del nuevo Gobierno".
El canciller iraquí calificó a Hussein de "peligroso prisionero que espera juicio" y aseguró que es cuidado de acuerdo con las leyes humanitarias por efectivos de la Cruz Roja.
El titular de Exteriores de Irak se reunió en Beijing con su homólogo chino, Li Zhaoxing, y el primer ministro, Wen Jiabao, en busca de ayuda económica para su país.
China siempre se ha mostrado contraria a la intervención militar de EEUU y sus aliados en Irak, y posteriormente declaró su interés en participar en el proceso de reconstrucción en el país árabe.
Beijing anunció el pasado mes de marzo la condonación de parte de la deuda iraquí y el envío de 25 millones de dólares en ayuda para la reconstrucción, y en noviembre China añadió una remesa de un millón de dólares con el fin de apoyar el proceso electoral de Irak.
Zibari señaló que parte de la deuda con China ya está condonada, aunque todavía debe entre 4.600 y 6.000 millones de dólares al Gobierno chino y a empresas del país oriental, que según Beijing se negociarán en el futuro.
China tenía una buena relación política y comercial con el régimen del ex presidente iraquí Sadam Husein, y fue el segundo mayor proveedor de armas a Irak durante las décadas de los ochenta y noventa.