
BAGDAD.- Insurgentes iraquíes tendieron una trampa a la policía en una casa al oeste de la capital, detonando bombas y matando por lo menos a 29 personas e hiriendo a otras 18, anunció hoy la fuerza pública de ese país.
Los rebeldes atrajeron anoche a los agentes mediante una llamada anónima que alertaba sobre la existencia de un escondite guerrillero y cuando la policía se disponía a allanar la vivienda, el inmueble estalló.
Según indicó una fuente policial, otras 10 casas vecinas se desmoronaron a causa de la detonación y varios residentes quedaron al parecer atrapados entre los escombros.
La fuente policial dijo que el ataque fue "evidentemente una emboscada" en la que fueron utilizadas "grandes cantidades de explosivos", que al parecer fueron activados por control remoto.
El mando militar estadounidense señaló en una declaración que entre 770 y 820 kilos de explosivos fueron utilizados en el ataque.
Durante la noche, los soldados estadounidenses e iraquíes buscaron a posibles sobrevivientes entre los escombros, pero sólo lograron rescatar a un civil.
Los ataques son la última ofensiva insurgente lanzada contra los iraquíes que colaboran con los militares norteamericanos, de cara a los comicios nacionales del 30 de enero.
El brigadier general Jeffery Hammond dijo que los ataques seguramente aumentarán hasta el día de las elecciones. "Creemos que el enemigo continuará los ataques, las intimidaciones, asesinatos y otras advertencias para destruir la vida en Bagdad", y agregó que las fuerzas de seguridad iraquíes tendrán la responsabilidad principal de garantizar el orden en los comicios, respaldadas por las estadounidenses pero solamente en caso de ser necesario.
Los líderes iraquíes dijeron que las guerrillas —en su mayor parte musulmanes suní— desean ocasionar un enfrentamiento étnico y religioso antes de los comicios del mes entrante. "Sus intenciones son perjudicar a este país, que encara desafíos cruciales en un periodo muy difícil", dijo una nota emitida por la Asamblea Nacional interina.