PARÍS.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió hoy que las enfermedades que amenazan el sudeste asiático pueden causar tantas víctimas mortales como el sismo del domingo y cifró en 50.000 las personas que pueden morir en las tres próximas semanas si no se actúa urgentemente.
"Como cinco millones de personas se encuentran sin hogar, es probable que en las tres próximas semanas las enfermedades causen 50.000 muertos", indicó David Nabarro, representante del director de la OMS para las crisis, en una entrevista que publicó hoy el vespertino "Le Monde".
Según Navarro, las amenazas sanitarias que pesan actualmente sobre los países afectados por el maremoto son enormes, ya que "las personas más afectadas son muy pobres".
"Los medios de comunicación enseñan mucho a los turistas, pero éstos sólo constituyen una minoría. La mayoría de los afectados viven en condiciones extremadamente precarias, con un acceso limitado al agua, los alimentos y los servicios sanitarios", explicó.
Los tsumami u olas gigantes que han asolado la región, causando según datos provisionales 77.000 muertos han destruido sus casas y la poca infraestructura de la que se gozaban. Nabarro añadió que "los niños y los ancianos están particularmente amenazados".
Según el experto, la primera amenaza es el riesgo de colitis, vinculado a la falta de agua limpia y a un ambiente sanitario mínimo, que en dos semanas puede adquirir "proporciones de epidemia si no se hace lo necesario".
También las infecciones ligadas a los animales, como el paludismo o el dengue, pueden aumentar significativamente en las dos próximas semanas, así como las infecciones respiratorias, "con una incremento de las neumonías".
Nabarro negó que el riesgo de epidemias tras una catástrofe de esta magnitud sea solamente teórico y recordó que miles de personas murieron de cólera y disentería en 1994, cuando la población de Ruanda huyó en masa al Congo, porque carecían de acceso al agua potable.
Según el representante de la OMS, la coordinación de la ayuda internacional para las víctimas del sismo es "una desafío sin precedentes para nuestra capacidad de movilizar recursos, personas y coordinar la acción".