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China justifica la represión de Tiananmen tras muerte Zhao Ziyang

"El desarrollo de los últimos 15 años ha demostrado que la decisión fue correcta", declaró hoy un portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores.

18 de Enero de 2005 | 07:25 | EFE
PEKÍN.- China dejó claro hoy que la violenta represión de la plaza de Tiananmen fue una decisión correcta, al día siguiente de la muerte de Zhao Ziyang, máximo dirigente comunista purgado por oponerse a la matanza.

"El desarrollo de los últimos 15 años ha demostrado que la decisión o juicio final fue correcto", declaró hoy Kong Quan, portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores.

En el primer comentario oficial tras el fallecimiento del ex dirigente, Kong señaló que "China ya emitió su juicio final sobre las turbulencias políticas de la década de los años 80 y lo que le ocurrió a Zhao", aunque sin mencionar directamente la purga del entonces secretario general del Partido Comunista de China (PCCh).

Pekín considera, todavía hoy, que la represión de las manifestaciones estudiantiles de la primavera pequinense fue imprescindible para mantener la estabilidad del país y evitar un caos como el que sufrieron algunas naciones de Europa del Este.

Los esfuerzos de Zhao por disuadir a los estudiantes y evitar la matanza fueron infructuosos, y los dirigentes del ala dura, encabezados por el entonces primer ministro Li Peng, ordenaron al ejército acabar con las protestas, dejando cientos de muertos nunca confirmados oficialmente.

Kong recordó hoy que la decisión del PCCh en 1989 ya fue revisada en 1992, cuando la novena sesión del 13 Comité Central del partido confirmó la postura oficial y dejó en el ostracismo a Zhao, quien vivió bajo arresto domiciliario sus últimos 15 años.

"La conclusión de aquel momento fue correcta", insistió el portavoz, quien dio por zanjada esta cuestión pese al interés de los periodistas en saber si Pekín rehabilitaría a Zhao, una vez muerto.

Kong anunció que "el Gobierno y el pueblo chino se mantendrán firmes en su propio camino, centrándose en el desarrollo económico para continuar avanzando en el progreso de China", y rechazó intentos de empujar a Pekín hacia una democracia de estilo occidental.

"La decisión del pueblo chino es la adecuada. El desarrollo económico del pasado está patente y todavía progresaremos más. Esperamos que los líderes de otros países puedan respetar nuestra decisión", recalcó.

Numerosos analistas opinan que, aunque la apertura económica china comenzó en 1978, Tiananmen forjó un pacto tácito entre los dirigentes y el pueblo, por el que las masas no se rebelarían mientras el partido fuera capaz de proporcionarles progreso económico.

Kong no quiso confirmar si algunos altos dirigentes participarán en el funeral de Zhao, ni tampoco si se celebrará una ceremonia oficial o de Estado para el que fuera primer ministro durante la década de los 80 y secretario general del Partido hasta 1989.

"No tengo información que darles", señaló Kong, evitando el asunto más espinoso todavía por dilucidar: si alguno de los actuales dirigentes chinos acudirá al crematorio para la incineración de Zhao o visitará a su viuda o a sus hijos.

Los actuales líderes chinos se encuentran ante un dilema pues un reconocimiento excesivo de la labor de Zhao podría volverse en su contra y reabrir el debate en torno a la matanza de Tiananmen, un asunto aún candente entre los líderes que forjaban sus carreras en aquel momento.

Si por el contrario ignoran por completo la figura de Zhao, su gesto podría detonar un movimiento de protesta, igual que ocurrió en 1989, cuando la no asistencia de los líderes al funeral del también purgado líder Hu Yaobang desató la ira de la población.

Aunque la situación actual es muy distinta, y la mayoría de los ciudadanos están relativamente satisfecha con su progreso económico, no faltan descontentos por el aumento del desempleo y la criminalidad, el cierre de empresas estatales o la creciente desigualdad entre ricos y pobres.
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