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Vaticano rompe el tabú sobre la renuncia del Papa

Para experimentados "vaticanistas" no está claro por qué Angelo Sodano, diplomático de la Curia desde hace mucho tiempo, no rechazó de plano las preguntas periodísticas sobre la renuncia del Pontífice, como suele ser habitual.

08 de Febrero de 2005 | 12:56 | Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- Tras una semana en el hospital, las especulaciones sobre una posible retirada del papa Juan Pablo II volvieron a activarse.

El cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano, "número dos" de la Santa Sede, respondió ante las preguntas sobre una renuncia voluntaria al cargo: "Eso queremos dejárselo a la conciencia del Papa. Él sabe lo que hay que hacer".

Al mismo tiempo, medios italianos señalaron hoy que el derecho eclesiástico católico recoge expresamente una renuncia voluntaria del Papa, cuyos agudos problemas para hablar, sobre todo, han otorgado nueva fuerza a la posibilidad de su retirada.

En el pasado, el líder de la Iglesia católica, de 84 años, siempre se negó. Pero, ¿se adivina ahora un cambio de tendencia?

Pese al progresivo restablecimiento del Papa, el tema de la "retirada del Pontífice" era hoy tema principal en los medios romanos. Incluso para experimentados vaticanistas no está claro por qué Sodano, diplomático de la Curia desde hace mucho tiempo, no rechazó de plano las preguntas periodísticas sobre la renuncia, como suele ser habitual.

De hecho, intentó explicar con profusión que un Papa también puede regir sin hablar. "El puede conducir el barco de la Iglesia también de otra manera". Sin embargo, eso todavía empeoró las cosas, pues el (involuntario) mensaje era claro: todo es posible, nada está ya descartado.

Por otra parte, los planes sobre lo "impensable" no son nuevos. Ya hace cinco años, en enero de 2000, el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, el hoy cardenal Karl Lehmann, rompió el tabú y lanzó la palabra "retirada" al debate.

Más tarde, incluso el cardenal de la Curia Joseph Ratzinger se expresó de formar similar: "Si él (Papa) viera que ya no puede en absoluto, entonces se retiraría".

Sin embargo, eso fueron sólo especulaciones, ejercicios para el "día X", que todavía parecía muy lejos. "Cuando el Papa no pueda celebrar más la misa, entonces habrá llegado el momento para una retirada voluntaria", se escuchaba continuamente de bien informadas fuentes del Vaticano.

Nadie pensaba que el momento pudiera llegar. Durante años, cardenales, obispos y prelados han mantenido el discurso de que el Papa está débil físicamente, pero en perfecto estado espiritual para proseguir su tarea de liderazgo. "También un Papa débil (de cuerpo) puede dirigir", dijo él mismo en una ocasión, intentando disipar toda especulación.

Pero vista su frágil aparición del pasado domingo, en la que el polaco antes resollaba que hablaba, esa imagen apenas puede ya sostenerse. "Fin de regne" (Fin de reinado), titula el periódico conservador parisino "Le Monde" en su información sobre el Papa.

¿Se convertirá precisamente el Papa viajero y mediático sólo en un hombre enfermo sobre la silla del Pontífice?

Hace años se decía que el Papa tiene un testamento en su escritorio. En él habría pedido que en el caso de una incapacidad mental fuera separado de su cargo. Una y otra vez se habla de un documento así, pero si existe o no todavía no se aclaró públicamente.

"También aquí en el hospital, en medio de otros enfermos, sigo sirviendo a la Iglesia y a toda la humanidad", dijo a través de un comunicado desde la clínica el domingo. Las palabras no pudo pronunciarlas él mismo. Dio el efecto de estar abatido y al borde de sus fuerzas, pero la voluntad de perseverar parece seguir acompañándole.
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