OKLAHOMA CITY. Un sonido extraño se escuchaba frecuentemente en el juzgado del juez Donald Thompson. Durante un caso, el juez parecía tan distraído que algunos miembros del jurado pensaron que estaba jugando con vídeojuegos detrás del estrado.
Sin embargo, la realidad resultó más extravagante que cualquier conjetura. Según un cuerpo de investigadores, el juez tenía la costumbre de masturbarse durante los juicios bajo su toga con un inflador manual.
La humillante acusación contra Thompson, de 58 años, ha desembocado en cargos criminales y ha acabado con una buena trayectoria profesional. Sus colegas de profesión han quedado asombrados.
Por otra parte, el caso contra Thompson podría conllevar a una serie de apelaciones de personas que han sido condenadas por el juez, ya que podrían argumentar que éste no prestó suficiente atención a sus casos.
Thompson, casado y padre de tres hijos ya adultos, ha negado las acusaciones y ha dicho que el inflador fue un regalo que recibió de un amigo cuando cumplió los 50 años. El juez se retiró en agosto, al ser amenazado con la destitución. Sin embargo, el mes pasado lo acusaron de exhibicionismo.
Durante el proceso de investigación contra Thompson, la policía halló restos de semen en la alfombra sobre la que reposaba el estrado del juez, según testimonios judiciales.