BRASILIA.- Una misionera católica estadounidense, Dorothy Stang, de 76 años de edad, fue asesinada este sábado por un pistolero en el municipio de Anapu, en el Estado brasileño de Pará (norte), confirmó el gobierno, que ordenó a la Policía Federal (PF) ocuparse del caso.
La religiosa recibió tres balazos disparados por un hombre no identificado cuando transitaba por una calle de la población.
El secretario de Derechos Humanos (con rango ministerial) Nilmário Miranda calificó el crimen como un "caso gravísimo", en declaraciones a periodistas. "No podemos admitir la impunidad en caso como este", agregó.
La religiosa, quien vivía en Brasil desde hace 20 años, se había reunido la semana pasada con Miranda y le había transmitido su preocupación por las persistentes amenazas de muerte que venía recibiendo ella y campesinos del Movimiento de los trabajadores rurales Sin Tierra (MST), recordaron medios de prensa.
Recientemente Miranda había declarado públicamente que el estado de Pará es uno de los del país donde se registran los conflictos más graves por la posesión de tierra y la preservación del medio ambiente.
Por su parte, el ministro de Justicia Marcio Thomaz Bastos, por instrucción del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, ordenó a la PF iniciar de inmediato la investigación del crimen, anunció la oficina de información de su cartera.
Para tal efecto, fueron designados dos equipos de agentes de la PF; uno de la sede delegada en la ciudad de Belém (capital de Pará) y otro de la sede principal de Brasilia (capital del país) que viajó el mismo sábado a Anapu.
También por instrucción del mandatario, Miranda, la ministra del Medio Ambiente Marina Silva, y el presidente del estatal Instituto Nacional de la Colonización y Reforma Agraria (Incra), Rolf Hackbart, viajarán a esa región.
El presidente del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) José Genoino, mientras tanto, dijo a la prensa que el crimen "no puede quedar impune", y pidió que hasta que no se aclare, el gobierno suspenda las negociaciones que lleva a cabo con terratenientes y madereros de la región.
La semana pasada, el gobierno autorizó la explotación maderera durante este año por parte de ocupantes de tierras con títulos de propiedad dudosos que habían bloqueado carreteras y ríos en Pará.
La misionera, que trabajaba para la Comisión Pastoral de la Tierra, de la iglesia Católica, luchaba en favor de la defensa de la Amazonía y de los trabajadores rurales sin tierra de esa región.
Actualmente dirigía un proyecto de desarrollo rural sostenible en ese municipio, dentro de un área autorizada por el Incra.
Brasil tiene graves problemas de concentración de tierra en áreas rurales, por lo que el MST -el movimiento campesino más organizado y numeroso del país-, desde hace años reclama una "amplia y verdadera" reforma agraria.
