BUENOS AIRES.- Un cuantioso contrabando de cocaína destinado a España, que se realizó a través de una línea aérea privada sin ser detectado por los controles del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, colocó hoy en delicada posición a la Fuerza Aérea Argentina, encargada de la seguridad en esa terminal aérea.
El presidente Néstor Kirchner dispuso ayer la intervención de la Policía Aeronáutica Nacional (PAN), que depende de la Fuerza Aérea, y colocó a su frente a un civil.
Durante un programa de televisión el miércoles por la noche, el ministro de Defensa José Pampuro reconoció que "es una posibilidad" la disolución de la Policía Aeronáutica, reclamada desde medios periodísticos y políticos.
Argentina es uno de los pocos países en el mundo que deja en manos de la aviación militar el control de los aeropuertos y del tráfico aéreo. Ese control se estableció durante el régimen militar instaurado en 1976 y nunca se modificó.
El primer indicio
El desencadenante del escándalo fue la aparición, en septiembre del año pasado, de cuatro valijas que llegaron al aeropuerto de Barajas, en Madrid, a bordo de un avión de la empresa privada Southern Winds, de capital argentino.
Las valijas no fueron retiradas y siguieron girando en la cinta transportadora de equipajes, hasta que las autoridades españolas las abrieron y comprobaron que contenían 60 kilos de cocaína.
Se presume que los contactos españoles que retiraban las valijas fallaron por algún motivo no revelado.
El episodio recién se conoció públicamente a través de una denuncia periodística hace algunas semanas. Pero la justicia lo investigaba desde diciembre pasado y aparentemente la Fuerza Aérea lo conocía desde antes, sin haber dado cuenta de ello al Gobierno.
El juez en lo penal Carlos Liporace, a cargo de la causa, dispuso la detención de dos ejecutivos de Southern Winds y pidió la captura de un empleado de esa firma, que estuvo prófugo varios días y finalmente se entregó hoy.
Fue identificado como Walter Beltrame, hijo del comodoro (coronel) de la Fuerza Aérea Alberto Beltrame, a cargo del Aeropuerto de Ezeiza. Se estima que su contenido no fue detectado por los controles de este aeropuerto, o bien que fueron llevados al avión sin pasar por ellos.
El juez declaró a la prensa ayer por la noche que podría haber habido varios envíos similares de cocaína rumbo a Madrid anteriores al descubierto.
Se informó también Walter Beltrame, de 22 años, viajaba semanalmente a Madrid los miércoles y regresaba los domingos, aparentemente supervisando la entrega de la droga.
El diario Página 12 sostiene hoy que ha quedado "muy debilitada" la posición del jefe de la Fuerza Aérea, brigadier Carlos Rohde.
"El control de los aeropuertos debe quedar en manos de una fuerza de seguridad que dependa del ministerio del Interior, como la Prefectura Naval o la Gendarmería Nacional. Y el momento es ahora", agrega el matutino, al propugnar la disolución de la Policía Aeronáutica Nacional.
