JERUSALEN.— Israel liberó a 500 reos palestinos en un gesto de buena voluntad hoy, un día después de que el gobierno aprobó la retirada de Gaza y un nuevo formato para la barrera de separación que cubriría al menos el seis por ciento de los territorios reclamados por los palestinos como parte de un futuro estado.
Con el histórico voto en el gabinete, Israel empezó a definir sus fronteras finales, sin tomar en cuenta las negociaciones con los palestinos, molestándolos. El primer ministro Ariel Sharon dijo que la decisión de retirarse de Gaza fue la más difícil que jamás haya tomado, pero le aseguraría un mejor futuro a Israel.
Sharon suscribió una orden que obliga a los ciudadanos israelíes a abandonar esas zonas para el 20 de julio. Quienes se queden en ellas serán sacados a la fuerza durante los siguientes dos meses. Los dirigentes de los colonos de esas área han jurado que no las dejarán voluntariamente y las fuerzas de seguridad se preparan para confrontaciones violentas.
En Cisjordania, mientras tanto, el dirigente palestino Majmud Abbas logró el apoyo de su movimiento Fata para los 24 candidatos a su gabinete, luego de un fuerte debate, que abre el camino para la aprobación de los nuevos ministros el lunes por parte del parlamento.
La liberación de prisioneros palestinos fue uno de los gestos a los que Sharon accedió durante su cumbre de este mes con Abbas en Egipto.
Convoyes de autobuses con reos esposados salieron del campamento de prisioneros israelí de Ketziot, en el desierto, alrededor del amanecer del lunes, llegando a cinco puntos de Cisjordania y la Franja de Gaza antes del mediodía, donde fueron recibidos por felices multitudes.
Los liberados no habían participado en acciones en contra de Israel.
Israel había prometido la liberación de otros 400 reos en los siguientes tres meses. Una comisión ministerial palestino-israelí decidirá cuales prisioneros serán liberados en la siguiente ronda. Israel se resiste a la exigencia palestina de liberar a quienes purgan cadenas largas, entre ellos participantes en actos contra el estado judío o sus ciudadanos.
El gobierno de Israel actuó de manera unilateral al decidir que mantendría el control de territorios de Cisjordania cercanos a Jerusalén, entre ellos dos asentamientos judíos, el de Male Adumim y Gush Etzion.
