CIUDAD DEL VATICANO.— Tres semanas después de ser llevado al hospital debido a problemas respiratorios, el Papa Juan Pablo II está reanudando lentamente sus actividades regulares mientras deja en claro que no tiene intenciones de renunciar.
El Vaticano dijo que el pontífice no presidirá el miércoles su audiencia pública semanal, pero bendecirá a los fieles desde la ventana de su apartamento desde la cual se domina la Plaza de San Pedro.
Sin embargo, el Vaticano también dijo que Juan Pablo II celebrará su primera reunión con un dignatario extranjero desde su enfermedad, una audiencia el martes con el primer ministro de Croacia, un bastión católico en los Balcanes.
También se reunió el lunes con un grupo de obispos españoles que efectuaron una visita a la Santa Sede.
Por el momento, dijo un funcionario del Vaticano que pidió no ser identificado, las decisiones sobre las audiencias que concederá el Papa, de 84 años de edad, se adoptarán sobre una base cotidiana.
Los problemas no son nuevos
A medida que el Papa se ha ido debilitando físicamente durante la última década, ha tenido problemas para hablar pues sufre del mal de Parkinson. Además, ha tenido que ser transportado en un trono con ruedas debido a afecciones en las rodillas y en la cadera.
Durante su presentación pública el domingo en la Plaza de San Pedro, el Papa apareció en buena forma y habló con una voz vigorosa, relativamente clara. Fue su segundo discurso desde que fue dado de alta del hospital hace 10 días.
Desde su ventana en el Vaticano, el pontífice leyó un discurso en su totalidad, deteniéndose brevemente para toser. Y aunque pasó por alto una plegaria en latín, continuó leyendo hasta el final, sin aparentes problemas.
Su mensaje del domingo portaba un mensaje particular: su decisión de no renunciar.
El Papa aludió a la "tarea especial confiada a (San) Pedro y a sus sucesores", la de "continuar al servicio de la unidad de la Iglesia".
