Washington.- En un momento en que el sexo en el trabajo es tabú, al menos en EEUU, un estudio ha revelado que, en realidad, tratar el tema tiene sus beneficios y los encuentros sexuales hasta pueden ser positivos.
El estudio de la Universidad de Washington, publicado en la revista Gender & Society, señala que esos contactos en algunas situaciones laborales generan mayor camaradería.
Además, según señala Kari Lerum, socióloga de la Universidad de Washington, en ciertos contextos culturales y de grandes organizaciones estos "encuentros" pueden crear sentido de equipo y ayudan a que las personas tengan cierto control sobre sus condiciones laborales.
"En condiciones adecuadas, las bromas de corte sexual pueden mejorar el sentido de camaradería, la cual es positiva para los trabajadores y la organización, porque los empleados son felices, se sienten parte del equipo, trabajan más y son más productivos", señaló.
Además, manifestó que este tipo de bromas no tiene nada de malo mientras la gente sienta que trabaja en un ambiente saludable y las bromas no constituyan una falta de respeto.
Lerum basó sus conclusiones en el análisis de 14 meses de trabajo en tres restaurantes en los que servía alimentos y bebidas.
Uno de ellos fue "The Blue Heron", un local de alto nivel en el lujoso balneario de Cape Cod (Massachusetts) muy frecuentado por homosexuales; el segundo, un restaurante con presentación de desnudos bautizado apropiadamente "Club X"; y el tercero, un restaurante para familias.
En los tres lugares analizó las conversaciones de corte sexual entre los empleados y sus supervisores, pero no las sostenidas con los clientes.
Añadió que en los dos primeros, las conversaciones y los encuentros sexuales eran un hecho normal, no así en el restaurante familiar.
Según la socióloga, este comportamiento está regido por una cuestión cultural y pone como ejemplo las bromas que se hacen los trabajadores del restaurante de Cape Cod, donde la connotación sexual es diferente.
Lerum manifiesta que la jerarquía "horizontal" entre jefes y empleados de "Blue Heron" alentaba la camaradería sexual.
Por el contrario, la estructura más "vertical" del "Club X" alentaba los conflictos entre supervisores y empleados respecto de ciertas palabras o actos de índole sexual.
Lerum, que nunca había trabajado en un restaurante, admite que inicialmente se sintió sorprendida cuando fue objeto de bromas sexuales.
"La primera noche estaba anonadada y no podía creer que se dijeran esas cosas. No sabía cómo reaccionar. Después de un mes, comencé a sentirme mucho más cómoda y me di cuenta de que las bromas sexuales eran sólo parte del trabajo", indicó.
Pero Lerum advierte que las conclusiones de su estudio no se pueden utilizar para descartar algunos casos de hostigamiento sexual que, según señala, son un verdadero problema en muchos sitios laborales.
Pero también admite que en muchos de ellos es difícil determinar con precisión donde está el límite de una broma sexual y el acoso sexual.
"Si la gente va a estos lugares con una definición fija de lo que es el acoso sexual, habría casos de este tipo todas las noches", señala.