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Medina descarta "peligro" de que suceda al Papa

El cardenal chileno, quien fue designado para dar a conocer el nombre del sucesor de Juan Pablo II, bromeó sobre la posibilidad de ser él el elegido y dijo que "tendría que ser una locura" de los purpurados.

28 de Febrero de 2005 | 10:35 | AFP
CIUDAD DEL VATICANO.- Podría darse la paradoja de que el cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez, encargado por Juan Pablo II para dar a conocer el nombre de su sucesor, anunciase el suyo propio ya que es elector del Cónclave, que se encarga de elegir al vicario de Cristo en la tierra.

"¡No hay ningún peligro!" dice contundente el purpurado. "Tendría que ser una locura de los cardenales electores", agrega.

Medina Estévez, de 78 años, ha sido designado por Juan Pablo II como nuevo cardenal Protodiácono, es decir la persona encargada de anunciar en caso de un eventual Cónclave -la reunión de cardenales que se encargan de elegir Papa- a su sucesor.

Este honor se le confiere por antigüedad y no por mérito, explicó el cardenal, quien asegura no obstante que ese "momento no es inminente", ya que "no hay indicios de que haya una crisis. La crisis ya pasó", aseguró en referencia al estado de salud del Papa.

De hecho, el último parte médico ofrecido por el Vaticano sobre la salud del Soberano Pontífice, internado en el Policlínico Gemelli desde el pasado jueves y sometido a una traqueotomía, asegura que su estado no presenta complicaciones médicas y ha iniciado la rehabilitación para facilitar su respiración y recuperar su voz.

El purpurado chileno no ha visitado al Papa en el décimo piso del hospital porque dice, "con los enfermos hay que tener mucha delicadeza y no hay que causar presiones innecesarias".

Para el próximo Cónclave, los purpurados residirán en Santa Marta, un edificio habilitado por el propio Juan Pablo II en la Ciudad del Vaticano con habitaciones suficientes para albergar a los 120 cardenales con derecho a voto.

Y es que en 1978, cuando los cardenales eligieron Papa a Karol Wojtyla en la cuarta vuelta, las condiciones eran precarias: unos biombos separaban las camas y cada uno disponía de un lavatorio con un jarro de agua, una mesita con una silla y los baños eran comunes.

Durante el Cónclave -del latín Cum clave (bajo llave)-, los cardenales estarán aislados del mundo sin derecho a teléfono, fax o correo electrónico o hablar con personas ajenas al mismo y se desplazarán desde Santa Marta en autobús hasta la Capilla Sixtina, en el otro extremo de la plaza, para votar en el primer piso.

El elegido tendrá que aceptar el cargo antes de que se realice el anuncio y en caso de que todavía no haya llegado al cargo de obispo, será ordenado allí mismo, antes de elegir el nombre con el que se convertirá en jefe de la Iglesia Católica.

Si bien en el Cónclave sólo participan los purpurados menores de 80 años, no hay límite de edad para convertirse en Papa.

Una vez que el humo blanco ascienda de la Capilla Sixtina, Medina Estévez anunciará desde el balcón de San Pedro "que ha sido elegido Papa y el nombre que ha adoptado" para gobernar.

"No hay regla para elegir nombre", asegura.

Al ser consultado si hay algún indicio de que el próximo Papa sea latinoamericano, Medina respondió diplomático: "Todo puede ser, llegado el momento". "No lo puedo hacer porque lo prohíbe la Constitución Vaticana" de 1996 adoptada por Juan Pablo II.

Los cardenales están amenazados con la excomunión en caso de que opinen o establezcan acuerdos antes de la elección o pactos sobre compromisos que respetarían en el caso de que uno de ellos accediera al pontificado.
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