 Una manifestante expresa su apoyo al renunciado Presidente boliviano. |
LA PAZ.- La tendencia de ratificar en el cargo al Presidente Carlos Mesa ganaba terreno entre los legisladores de distintas corrientes políticas que el martes en la tarde analizarán en el Congreso la renuncia del mandatario, mientras las protestas con corte de rutas cedían en distintas regiones del país.
La sesión de congreso en la que los legisladores considerarán la carta de renuncia del Presidente Mesa ha sido convocada para las 16:00 hora local (17:00 horas en Chile).
El partido del líder cocalero y diputado Evo Morales, a quien el mandatario culpó de alentar las protestas, anticipó el martes que la tendencia entre sus legisladores es de "rechazar" la carta de renuncia de Mesa y "exigirle que convoque a un gran acuerdo nacional", según dijo a la AP el diputado Gustavo Torrico. El Movimiento al Socialismo (MAS) es la segunda fuerza parlamentaria.
Autoridades del Poder Ejecutivo comenzaron el lunes en la noche reuniones con los legisladores para negociar las condiciones de la eventual continuidad en el cargo del Presidente Carlos Mesa.
El mandatario, que el lunes envió su carta de renuncia al Congreso, ha pedido una Ley de Hidrocarburos "que no haga inviable al país" y que cesen los bloqueos de rutas como condición para seguir gobernando.
En el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), el partido del depuesto Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada se perfilaban dos corrientes. Aquella vinculada al ex mandatario que se inclinaba por aceptar la renuncia, según anticipó la jefa de esa fuerza, Mirtha Quevedo.
Pero otra corriente disidente era partidaria de ratificar a Mesa en el cargo y pedirle un pacto social. El MNR tiene 47 legisladores y es la primera fuerza en el Congreso.
Nueva Fuerza Republicana (NFR) y el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) también se inclinaban mayoritariamente por la ratificación, aunque hay voces disidentes.
El ex Presidente Jaime Paz Zamora, jefe del MIR, dijo que la renuncia de Mesa en estos momentos es "inviable e inoportuna".
Otras salidas
Una eventual ratificación de Mesa para que conduzca un proceso de transición convocando a elecciones nacionales, es otra probable salida. Tampoco está descartado que el Congreso acepte la renuncia.
Esta nueva crisis institucional que enfrenta Bolivia se presenta 15 meses después de la renuncia del Presidente Sánchez de Lozada, tras una cruenta convulsión social que provocó 56 muertes.
Pero la inesperada decisión del mandatario no ha logrado hasta el martes apagar del todo los focos de conflicto, aunque las protestas tienden a disminuir.
La vecina ciudad de El Alto continuaba el martes su séptimo día de paro, pero el tráfico era normal excepto en dos rutas que vinculan con el resto de las ciudades. Los dirigentes han llamado a una nueva asamblea.
Los alteños demandan la expulsión inmediata de la empresa Aguas del Illimani que provee de agua potable a El Alto y La Paz, mientras que el gobierno afirmó que la salida de la compañía de capitales franceses será paulatina, para no afectar el servicio ni causar perjuicios al Estado.
Campesinos de Chuquisaca, al sur de La Paz, levantaron su bloqueo de ocho días que estaba asfixiando a la ciudad de Sucre, capital histórica de Bolivia.
En Potosí, también en el sur, campesinos mantenían cortadas dos rutas. Los manifestantes, que son seguidores de Evo Morales, demandan la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la aprobación en el Congreso de una ley de hidrocarburos.
En Yapacaní, al centro de Bolivia, los campesinos suspendieron por unas horas el bloqueo de una ruta principal que une oriente con occidente, demandando un porcentaje para ese pueblo de las regalías petroleras. El martes retornaron los bloqueos, dijo a una emisora el dirigente Cimar Victorias. En el resto del país hay normalidad.