BUENOS AIRES.- El canciller argentino, Rafael Bielsa, sostuvo hoy que el gobierno de Néstor Kirchner pretende mantener "una relación sin fisuras" con el Vaticano, en momentos en que las relaciones con el Estado pontificio pasan por su peor etapa desde comienzos de la década del 80.
El gobierno de Kirchner y el Vaticano han ingresado en una espiral de disputas, a causa del Vicario castrense, Antonio Baseotto, quien es defendido por la jerarquía eclesiástica pese a su propuesta de arrojar al mar con una piedra en el cuello al ministro de Salud, por opinar a favor de la despenalización del aborto.
Bielsa recalcó hoy que el gobierno argentino "no tiene ningún antecedente de disputa" con la Iglesia y aseguró que este entredicho "no va a tener ningún correlato posterior", aunque volvió a insistir que las declaraciones del obispo castrense "son inaceptables".
El Vaticano se negó a desplazar a Baseotto luego de sus polémicas declaraciones, que fueron comparadas con los "Vuelos de la muerte" de la década del 70, cuando los presos políticos de la dictadura eran arrojados al mar desde aviones militares.
La medida de Kirchner
Kirchner a su vez canceló el viernes el acuerdo que autorizaba a Baseotto a ejercer como la máxima autoridad religiosa para las Fuerzas Armadas del país y su sueldo de 5 mil pesos mensuales (1.700 dólares) que pagaba el Estado.
El canciller aclaró que "nadie pidió en ningún momento la remoción en tanto obispo", sino que se solicitó la remoción de su cargo como vicario castrense en función de "una frase inaceptable".
Asimismo, Bielsa consideró que "tratar de confundir esta decisión administrativa con el debate del aborto, también es una falacia".
"Si él hubiera expresado su opinión en contra del aborto como la expresan (los obispos) de manera formal, a través de sus organismos estables, o de manera individual, no hubiera pasado nada", aclaró Bielsa.