PINELLAS PARK, EEUU.- La estadounidense Terri Schiavo, en estado vegetativo desde hace 15 años, tomó la comunión este domingo mientras sus padres esperan su muerte y manifestantes desafiaron a la Policía bloqueando la entrada al centro de cuidado donde permanece internada.
Los manifestantes opuestos a la desconexión de su catéter alimentario, realizada hace diez días, celebraron una misa el domingo por la tarde frente al centro de cuidados para pacientes terminales en Pinellas Park (oeste de Florida) donde la mujer espera su muerte, y consagraron una hostia que le iba a ser administrada luego, con la autorización de su esposo, Michael Schiavo.
Sin embargo, la mujer no pudo recibir un pedazo minúsculo de la hostia porque tenía su boca seca, según el sacerdote Tadeusz Malanowski, quien le administró el sacramento, y se le dio sólo una gota de vino consagrado.
La mujer recibió la extremaunción hace 10 días, antes de que le fuese desconectado el catéter alimentario que la ha mantenido viva por 15 años.
Varias versiones surgieron durante el día en torno a la condición real de la mujer, pues el abogado de su familia, David Gibbs, dijo este domingo a la televisión estadounidense que ya había pasado un umbral tras el cual no podría salvarse, y otro portavoz de la familia, el activista anti aborto Randall Terry, lo desmintió luego.
"Está muy cansada, sedada pero se mantiene", agregó Paul O’Donnell, un fraile católico cercano a la familia, y aseguró que aún no exhibe problemas cardíacos, pulmonares, hepáticos o renales tras cumplir 10 días sin alimentación.
El abogado de Michael Schiavo, George Felos, sostiene también que su muerte aún no es inminente y que la mujer permanece en buena condición de salud, por lo que le quedarían entre cuatro a cinco días de vida.
La familia de Terri, los Schindler, pasan su tiempo en una tienda de regalos frente al centro, que les fue donada para que permanecieran a la espera en ella, y han dejado de hablar a los medios de comunicación.
Su padre, Bob; su madre, Mary; la hermana, Suzanne; y el hermano, Bobby entraron varias veces durante el día al centro, cada vez que el esposo se retira, pues debido a sus malas relaciones no pueden estar en la misma habitación.
El último golpe para la familia llegó el sábado por la noche de parte del Tribunal Supremo de Florida, que se negó a intervenir para reconectarle a Terri el catéter alimentario que ha la mantenido viva, acabando con el último recurso judicial a su disposición en el que tenían esperanza.
"No estoy diciendo que no estamos abiertos a cualquier idea si surge. Pero en este momento parece que el tiempo finalmente se acabó", dijo Gibbs al diario local St. Petersburg Times.
A menos que el gobernador de Florida, Jeb Bush, cambie de opinión y ordene la conexión del catéter por decreto, no hay nada más que hacer para salvarla.
"Estoy triste por la situación en que está", dijo Bush este domingo a periodistas. "Me siento mal por su familia, mi corazón está con los Schindler así como con Michael", agregó.
El pleito judicial duró cinco años desde que un juez ordenó la desconexión del catéter de Terri, que vive hace 15 años en estado vegetativo, dándole la razón a Michael Schiavo, quien alegó que su esposa le dijo que nunca hubiese querido vivir artificialmente.
Su familia se opuso hasta último momento a la desconexión, y el caso involucró a todos los foros judiciales federales y estatales, la Legislatura estatal, el Congreso y hasta el presidente estadounidense.
Los cerca de cien manifestantes que se oponen a su muerte y permanecen frente al centro de cuidado estuvieron más activos este domingo y casi una decena de ellos, en sillas de ruedas, desafiaron a la Policía bloqueando el acceso al complejo de salud.
También les gritaron y por lo menos tres personas fueron detenidas con algún forcejeo cuando en forma de protesta intentaron llevarle agua a Terri en el centro.
Más de 35 personas, entre ellas varios niños, han sido detenidas esta semana en protestas similares, cuidadosamente armadas para las cámaras.
Cerca de 20 personas fueron a la residencia de Michael Schiavo en la vecina ciudad de Clearwater, donde colocaron flores en el césped antes de ser ahuyentados por alguien que encendió las regaderas desde adentro de la casa.