ROMA.- El papa Juan Pablo II debería ser operado a corto plazo para instalarle una sonda gástrica que le permita recibir, directamente al estómago, una mejor alimentación de manera artificial, informa hoy la prensa italiana en base a declaraciones de expertos sanitarios.
El Santo Padre fue intervenido el miércoles para instalarle una sonda nasogástrica que falicite la ingesta de alimentos, aunque varios expertos gastroenterólogos opinan que esta medida podría no ser suficiente.
Las sondas nasogástricas son introducidas a través de la cavidad nasofaríngea en el estómago para facilitar la alimentación.
En opinión del neurólogo italiano Gianni Pezzoli, la instalación de una sonda gástrica permitiría que el Sumo Pontífice, de 84 años, pudiera recibir alimentación de manera artifical durante un lapso de tiempo más prolongado y además se reduciría el riesgo potencial de infecciones.
Pezzoli, experto en el mal de Parkinson, que el Papa padece desde hace años, opinó también que en caso de aplicar una sonda gástrica, es más que probable que se retire la cánula en la tráquea que permite al Pontífice respirar.
El portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, habló ayer de una "lenta y progresiva recuperación" del Papa, que según el portavoz pasa muchas horas del día en el sillón, celebra la misa en su capilla privada y mantiene un estrecho contacto con sus colaboradores.
Previamente, el Papa se había mostrado sorpresivamente a los fieles, al asomarse a la ventana del palacio apostólico tras la tradicional audiencia de los miércoles.
Después de la audiencia, el jefe de la Iglesia católica, de 84 años, bendijo con la mano durante varios minutos a los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro. Juan Pablo II también intentó pronunciar unas breves palabras, pero nuevamente le falló la voz.
La aparición pública del Papa este miércoles fue la primera desde el Domingo de Pascua, cuando impartió con una voz casi inaudible la bendición "Urbi et Orbe".