BOGOTÁ.— Docenas de ex guerrilleros y paramilitares se tomaron el lunes una de las sedes del Ministerio del Interior, en demanda de más ayuda del programa del gobierno para la reincorporación de antiguos combatientes a la vida civil.
Unos 100 policías antidisturbios acordonaron el área, pese a que los desmovilizados afirmaron que estaban desarmados. Los ocupantes se reunieron con el director del programa Juan David Ángel, en su oficina.
"He empezado a pasar hambre luego de que se me acabó el programa y otros están peor que yo", dijo Nelson Galeano, con un pasamontañas verde que le tapaba su cara. Afirmó que había pertenecido a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Angel afirmó que éste es un proceso difícil para los que ingresan a la vida civil.
"Los proyectos productivos han ido lentamente y la ayuda humanitaria se les terminó. Ellos sienten que se están quedando en la calle", explicó Ángel en entrevista con la AP.
Plan de transición
El programa para la transición de antiguos combatientes a la vida civil, contempla albergarlos en diferentes ciudades del país, entregarles un pequeño capital para que realicen un proyecto productivo y brindarles ayuda humanitaria por tres meses.
Los reinsertados se han convertido en motivo de un debate nacional e incluso el alcalde de Bogotá los ha calificado de "bomba de tiempo" para la ciudad, ya que el gobierno del Presidente Álvaro Uribe ha concentrado a un buen número de ellos acá, con efectos nocivos para la seguridad en la capital.
En los dos años y medio del gobierno de Uribe, 12.000 combatientes se han desmovilizado. De éstos, 5.000 vienen de las entregas de armas colectivas de los grupos paramilitares y el resto son desmovilizaciones individuales de guerrillas y paramilitares.
Por lo menos, 2.500 viven en albergues en Bogotá.
"Uno entiende a estas personas, no tienen con qué mercar (comprar alimentos), con qué transportarse y cuando se llega a esos límites se manejan unos niveles de ansiedad muy grandes", dijo Angel.
