Entre otras medidas, se han habilitado tiendas de campaña de emergencia para acoger a los miles de visitantes que ya están llegando a Roma. |
ROMA.- Roma se convirtió este martes en una ciudad blindada para garantizar la movilidad y la seguridad de los millones de peregrinos y numerosas personalidades que asistirán el viernes al funeral de Juan Pablo II.
Las autoridades de la capital, los responsables de la policía y los servicios de seguridad de la Ciudad Eterna admiten las dificultades organizativas para garantizar la celebración de los funerales más multitudinarios y mediatizados de un pontífice.
En los próximos dos días llegarán a la capital unos 800 vuelos con personalidades y representantes de numerosos países, entre ellos los mandatarios y jefes de Estado y de Gobierno de Estados Unidos, Francia, España, Brasil, México, Reino Unido y también los de pequeñas naciones africanas, como Guinea, que pidió la autorización para aterrizar dos de sus aviones.
"En condiciones normales se necesitarían al menos seis meses para planificar un evento de estas características", confesó este martes a la prensa el responsable de la protección civil, Guido Bertolasso, de 55 años.
Riesgo de colapso
Proteger a la inmensa masa de peregrinos que acude desde el domingo a Roma así como a reyes y mandatarios de los cinco continentes, podría ser una tarea que colapse totalmente la ciudad.
"Hemos creado un comité especial y trabajamos todos conjuntamente", aseguró el prefecto de la ciudad, Achille Serra.
"La mayor dificultad es que no sabemos cuándo, cómo y donde llegarán los jefes de Estado. Estamos trabajando en colaboración con el Vaticano y la cancillería italiana", aseguró.
De 10.000 a 15.000 hombres, entre policías y miembros de las fuerzas armadas fueron movilizados para esta operación y también se activarán las baterías antimisiles de los aeropuertos por miedo a atentados.
Unos 5.000 policías se ocuparán del orden público y 1.500 serán destinados a la protección de personalidades.
Un grupo de 800 motociclistas, francotiradores, artificieros y unidades de buceadores controlarán puntos estratégicos de la ciudad, los puentes de acceso a la basílica de San Pedro y los monumentos.
Transporte de autoridades
Además, el viernes varios helicópteros asegurarán el transporte de autoridades hasta la basílica. Cazabombarderos especializados en la intercepción de vuelos sospechosos patrullarán los cielos y el tráfico civil de aviones estará prohibido durante todo el día sobre Roma.
En el mayor aeropuerto del país, Fiumicino, los vuelos serán reducidos en un 40%.
La alcaldía de Roma instó a los peregrinos a organizarse anticipadamente y dispuso el campo universitario de Tor Vergata, a las afueras de la ciudad, para alojar miles de personas.
Los servicios de protección civil instalaron decenas de baños químicos de emergencia y un servicio de comidas rápidas cerca a la plaza de San Pedro y en el campus universitario de Tor Vergata.
Centros de información y de primeros auxilios así como pantallas gigantes han sido instaladas en varios puntos de la ciudad. La alcaldía dispuso que las escuelas cierren el viernes para que la ciudad no se congestione todavía más.
Un importante plan de circulación prevé soluciones para el tráfico de vehículos, habilitará grandes estacionamientos en zonas periféricas y conducirá a los visitantes en autobuses hasta la zona que rodea el Vaticano.
Más de un millón de litros de agua serán distribuidos en esta "semana de Pasión" que vivirán los romanos y todos los mayores hospitales, están en estado de alerta para atender cualquier urgencia.
