WASHINGTON.- El hombre que colocó una bomba durante los Juegos Olímpicos realizados en Atlanta en 1996 se reconoció culpable del atentado, que causó un muerto y cien heridos, a cambio de que la justicia federal renuncie a pedir la pena de muerte.
A los familiares de las víctimas, insatisfechos con el acuerdo, el ministro de Justicia Alberto Gonzales les aseguró que Eric Rudolph, el agresor, "pasará el resto de su vida tras las rejas".
Además, Rudolph reconoció haber atentado contra un club nocturno frecuentado por lesbianas en Atlanta y contra dos clínicas donde se practicaban abortos en Birmingham. En uno de esos ataques murió un agente policial fuera de servicio.