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Preocupación en EE.UU. por resurgimiento de bandas juveniles

En todo el país, el número de asesinatos cometidos por bandas juveniles se incrementó en un 50 por ciento de 1999 a 2002, según datos de la policía.

11 de Abril de 2005 | 07:58 | DPA
WASHINGTON.- En muchas ciudades de Estados Unidos se ha desatado la alarma, pues después de años de relativa calma las bandas juveniles han vuelto a crear inseguridad en las calles, son más peligrosas que nunca y sus integrantes cada vez más jóvenes.

Además de las armas de fuego, muchos llevan ahora machetes. En todo el país, el número de asesinatos cometidos por bandas juveniles se incrementó en un 50 por ciento de 1999 a 2002, según datos de la policía. Tan sólo en 2002, el último año del que hay estadísticas, 1.100 del total de 16.200 muertes fueron causadas por estos grupos, la cifra más alta desde 1995.

Hay diversos motivos para estos hechos. Por una parte, miles de integrantes de las bandas que acabaron en la cárcel tras las grandes redadas en la primera mitad de los años 90 están ahora en libertad. Muchos de ellos han vuelto a su antigua residencia tras cumplir la condena, cargados de nuevas rivalidades surgidas en prisión y de historias sangrientas que los hacen aparecer como ’’héroes’’ a los ojos de los más jóvenes.

Eso explica que cada vez haya más niños de siete u ocho años que se meten en bandas, tal como constata preocupada la policía de Washington.

Las autoridades están especialmente preocupadas por el aumento de las agrupaciones latinas, como la sangrienta ’’Mara Salvatrucha’’, conocida también como ’’MS-13’’. Esta mara, creada en los 80 por inmigrantes salvadoreños en Los Angeles, se ha extendido por todo Estados Unidos y tiene más de 10.000 miembros.

Un total de 103 de ellos fueron detenidos hace poco en una gran redada en todo el país, pero no es más que una gota en el desierto. El arma preferida de la ’’MS-13’’ es el machete, que se consigue como herramienta de jardín en todas partes por apenas nueve dólares.

Mientras los veteranos salidos de las prisiones tienden nuevas redes, las autoridades se encuentran más impotentes que nunca. Casi todas las ciudades han recortado al mínimo su unidad anti-bandas luego de la actuación exitosa hace 15 años. Desde el atentado del 11 de septiembre de 2001, se destinó además a más gente al combate antiterrorista. Por ejemplo, Cleveland, en Ohio, perdió el 25 por ciento de sus agentes.

El territorio de las bandas ha cambiado con respecto a los 80 y 90 y ya no se limita a las metrópolis ’’clásicas’’ como Nueva York, Chicago y Los Angeles, donde hace una década se registraron los enfrentamientos entre ’’Crips’’ y ’’Bloods’’ por el control del tráfico de crack y donde los conductores que se perdían durante la noche temían por sus vidas.

Los grupos se han multiplicado también en pequeñas ciudades y suburbios de clase media acomodada, como en los alrededores de Washington. Allí la policía se queja de un nuevo fenómeno: la aparición de bandas de chicas con nombres como ’’Knockout Honies’’.

La dimensión del desafío también es palpable en una encuesta del Departamento de Justicia de 2002. El 42 por ciento de los habitantes de las 2.200 ciudades incluidas opinó que las actividades de los delincuentes juveniles son más graves ahora que antes. El 87 por ciento de las urbes con al menos 100.000 residentes se quejaron de grandes problemas con las bandas.

En Los Angeles hubo 200 asesinatos perpetrados por estos grupos el año pasado, según los medios. También hubo un aumento de estos casos en Nueva York, donde los miembros de las bandas son juzgados entretanto de acuerdo con las leyes antiterroristas.

El FBI estima que hay unas 21.000 bandas en todo Estados Unidos y que cuentan con entre 800.000 y un millón de integrantes. Tan sólo en Dallas (Texas) pertenecen a estos grupos más de 5.000 jóvenes y en Los Angeles el número es aún mucho mayor.
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