BOGOTA.- Un niña y tres policías muertos, otras 23 personas heridas y cuatro viviendas destruidas dejó un ataque de la guerrilla de las FARC en los municipios de Toribío y Jambaló, departamento de Cauca, en el suroeste de Colombia, informó a la AFP una autoridad oficial.
"Este ataque de las FARC es una clara violación al derecho internacional humanitario, porque atacaron no solo a la policía sino principalmente a la población civil, tenemos una niña y tres agentes muertos", afirmó Juan José Chaux, gobernador de Cauca, departamento al que pertenecen las dos localidades.
El gobernador precisó que el ataque, perpetrado la mañana de este jueves, también dejó 23 heridos, de ellos 15 civiles y ocho policías, y cuatro viviendas totalmente destruidas.
Miembros de la columna 'Jacobo Arenas', una de las más beligerantes de las FARC, irrumpieron simultáneamente hacia las 05H00 locales (10H00 GMT) lanzando cilindros-bomba en esas dos localidades vecinas, ubicadas a unos 600 km de Bogotá, según el gobierno local, el Ejército y la Policía.
El director de la Policía Nacional, general Jorge Castro, se trasladó a la zona para dirigir a sus hombres en un operativo conjunto que desarrollan con el Ejército y la Fuerza Aérea a fin de restablecer el orden.
Una autoridad militar de la región afirmó a la AFP que el Ejército y la Policía repelieron el ataque y libraron fuertes combates contra la columna insurgente, los cuales cesaron la tarde de este jueves.
El gobernador de Cauca señaló que los rebeldes incluso colocaron minas antipersonales en los alrededores de las localidades y atacaron un hospital.
"Como gobernador le exijo a la comunidad internacional que se pronuncie, que condene este hecho de terrorismo y de clara violación a los derechos humanos, porque fue cometido contra la población civil", agregó.
Durante la incursión, los insurgentes llamaron por parlantes a los pobladores para que desalojaran los centros urbanos de las localidades, señaló el gobernador.
El director operativo de la Policía, general Alberto Ruiz, aseguró que un avión fantasma y helicópteros de la Fuerza Aérea y el Ejército realizan sobrevuelos en la zona, en persecución de los rebeldes.
Sin embargo, las comunidades indígenas de Toribío señalaron a la prensa que la situación en la zona es complicada porque aún hay presencia de guerrilleros.
Un habitante, que pidió no ser identificado, narró a la prensa el pánico que vivió la población: "En Toribío están cayendo cilindros-bomba. Hay daños, casas incendiadas, sigue el bombardeo. Hay fuego de parte y parte".
"Están en las proximidades. Hay tiros sueltos cada tanto, explotaron por lo menos dos cilindros-bomba cerca de nuestra casa", dijo el hombre, quien calculó en unos 4.000 los habitantes de Toribío.
Los pobladores se refugiaron en sus viviendas y están paralizadas las actividades comerciales en las dos localidades, cuyos pobladores son en su mayoría indígenas de la etnia Paez.
La Organización Indígena de Colombia (ONIC) lanzó un llamado a los organismos defensores de derechos humanos nacionales e internacionales, y a la Cruz Roja Internacional para que "hagan presencia" en esa región y exigió "al Estado que asuma el control del territorio".
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal guerrilla del país con unos 17.000 combatientes, tiene fuerte presencia en esa zona del sur de Colombia.
