Especial: Juan Pablo II (1920-2005)
CIUDAD DEL VATICANO.- Un total de 143 cardenales, de los 183 que forman el colegio cardenalicio, asistieron hoy en el Vaticano a la Congregación general de purpurados, la última antes del Cónclave que comenzará el 18 de abril, informó el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls.
Los cardenales, como en días anteriores, analizaron la situación en la Iglesia y en el mundo y felicitaron al decano, el alemán Joseph Ratzinger, que hoy cumplió 78 años.
Ratzinger leyó, por su parte, los mensajes de algunos cardenales que no han podido venir al Vaticano en estos momentos de Sede Vacante, en su gran mayoría por problemas de salud.
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, sobre la Sede Vacante y la elección del Romano Pontífice, establece que todos los cardenales deben participar en la Congregación General, aunque deja libertad de asistencia a los purpurados que tienen más de 80 años y que según la normativa de la Iglesia no pueden entrar en la Capilla Sixtina para elegir Papa, aunque sí pueden ser elegidos.
Los purpurados también estudiaron, el ingreso, mañana por la tarde, en la residencia Santa Marta, que será el lugar donde se alojarán durante el Cónclave.
Destruyen anillo y sello de Juan Pablo II
Por otra parte, el cardenal Camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo, destruyó el Anillo del Pescador, símbolo del poder pontificio, y el Sello de Plomo de Juan Pablo II, informó Navarro Valls.
Navarro no precisó cuando fueron destruidos, limitándose a señalar que fueron "anulados", como prevé la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, sobre la Sede Apostólica y la elección del Romano Pontífice.
El artículo 13 de esa normativa vaticana establece que el Camarlengo "cuide que sean anulados el Anillo del Pescador y el Sello de Plomo, con los cuales son enviadas las cartas apostólicas".
Una vez que el Papa ha muerto, el Camarlengo es el encargado de retirarle del dedo el llamado "Anillo del Pescador", símbolo del poder pontificio. Esa es la señal de que el reinado ha concluido.
El anillo es machacado junto con el sello de plomo del Papa ante los cardenales y se hace para evitar cualquier eventual falsificación de documentos papales.
