BAGDAD.— Rebeldes iraquíes lanzaron morteros contra una base estadounidense en el norte de Irak hoy y uno de ellos cayó afuera de ella, causándole lesiones a un civil iraquí.
En Bagdad, políticos se reunieron nuevamente a puerta cerrada e informaron sobre algunos avances en los intentos por ponerle fin a los obstáculos que han causado retrasos en la formación del nuevo gobierno interino.
Ayer, los políticos sunitas retiraron su demanda de incluir a ex miembros del partido del depuesto dictador Saddam Hussein en el nuevo gabinete de Irak, en un intento por conseguir más puestos ministeriales. La minoría sunita es considerada la espina dorsal del movimiento rebelde y muchos consideran que el impasse en la formación del nuevo gobierno es una de las causas del regreso de la violencia.
El acontecimiento ocurre mientras la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, junto con otros funcionarios estadounidenses de alto nivel, trata de convencer a políticos de la mayoría chiíta y sus aliados curdos para que terminen las negociaciones para formar un nuevo gobierno.
"Vamos continuar diciendo que es importante mantener el impulso para el proceso político", dijo ayer Rice a la prensa en Crawford, Texas.
Los dirigentes de las facciones principales chiítas, sunitas y curdas continuaban sus negociaciones el lunes y martes, con lo que el primer ministro designado Ibrajim al-Yaafari nuevamente suspendió su muy esperado anuncio sobre la conformación de su gabinete.