CIUDAD HO CHI MINH.- La prisión más conocida de Vietnam del Sur fue liberada sin un solo disparo hace tres décadas, y uno de los soldados que viajaba en el tanque que destrozó las puertas del palacio donde el régimen de Saigón intentó su última defensa es ahora peluquero.
Vietnam vuelve a recordar lo sucedido en el aniversario número 30 del final de la "guerra estadounidense", que se celebrará el sábado, y ahora emergen viejos secretos y el destino de los héroes de guerra.
Hoang Thi Nghi, ahora de 77 años, es una ex espía cuya vida podría ser material para una de esas películas tipo Hollywood que cuentan historias sobre la Segunda Guerra Mundial.
Cuando Vietnam fue dividido al final del colonialismo francés, a mediados de la década de 1950, Nghi tenía 22 años y fue enviada clandestinamente al sur capitalista, haciéndose pasar por la mujer de un soldado desaparecido.
Nghi, que actualmente ayuda a los veteranos de guerra, estuvo fuera de su país (en ese entonces Vietnam del Norte) durante 20 años y pasó nueve como prisionera en la isla de Con Dao.
Esa cárcel fue conocida como "el infierno en la tierra", por las temibles "jaulas de tigre" construidas por los franceses. Los prisioneros eran encerrados en pequeñas celdas de barras de metal, a través de las cuales los guardias golpeaban a los reclusos con cortantes barras de hierro.
Nghi recuerda que cuando los guardias se enteraron de la liberación de Saigón, algunos planearon volar la prisión con minas. Pero otros guardias, seguros de que los prisioneros podrían protegerles una vez terminada la guerra, evitaron el complot y soltaron a los presos.
"Los prisioneros de Con Dao fueron liberados sin un solo disparo", dijo ella, recordando que las tropas de Vietnanm del Norte tardaron dos días más en llegar a la isla.
El tanque 390 fue la estrella
En el centro de los actos conmemorativos está el tanque 390, que derribó las puertas de entrada al palacio donde se atrincheraba el régimen de Saigón, terminando así con la larga guerra.
Los cuatro soldados que viajaban en el tanque, que han vuelto a reunirse para formar parte de las celebraciones del sábado, llevan actualmente vidas normales.
El conductor del tanque, Nguyen Van Tap, es un conductor de grúas; Vu Van Toan, comandante del tanque, es gerente en una tienda de pinturas para marcar líneas de carreteras.
El artillero, Le Van Phuong, se convirtió en peluquero y a menudo cuenta sus experiencias a sus clientes. El otro artillero del tanque, Ngo Sy Nguyen, el más joven de los cuatro, es un inspector de seguridad de autobuses.
El teniente general Pham Xuan The, ahora un reconocido líder militar de Vietnam pero hace 30 años un simple capitán, fue el soldado que obligó al Presidente Duong Van Minh y a su gabinete a rendirse después de la entrada del tanque 390 en el palacio.
"Les dije que no había nada que discutir, que debían rendirse incondicionalmente. Minh me ofreció la mano pero le dije que era del enemigo y que no podía estrechar su mano".
Xuan dice que una de las cosas que más le apenan es que los dos borradores originales de la rendición que Minh leyó en la radio se hayan perdido.
La declaración de rendición de Minh que se emitió apenas duró medio minuto pero fue suficiente para declarar el fin de la lucha en la ciudad.