BAGDAD.- La ola de violencia continuó en Irak cuatro días después de la formación del nuevo gobierno, al morir nueve iraquíes y resultar heridos otros 20 en cuatro atentados con autos bomba en Bagdad y su región, y morir un soldado británico en una "acción hostil", según diversas fuentes.
Un soldado británico en Irak murió el lunes tras resultar herido en una "acción hostil", anunció el ministro británico de Defensa.
El último balance de muertos británicos es de 87 decesos, de los cuales 50 en combate, desde el 20 de marzo de 2003.
Unos 7.500 militares británicos están actualmente desplegados en Irak, la mayoría en el sur, alrededor de Basora.
Hacia las 12H30 (08H30 GMT), un auto bomba estalló en Zayuna, cerca de una oficina del servicio de pasaportes al este de Bagdad, dejando cuatro o cinco muertos, indicó a la AFP una fuente del ministerio del Interior.
"Dos de los muertos son policías y otros dos son civiles y uno de los cinco heridos es un policía", precisó la fuente.
Dos horas y media antes, otro auto bomba estalló en el centro de la capital, dejando cuatro muertos y diez heridos, todos civiles.
"El auto bomba que estalló en la calle Attar en Karrada, al centro de Bagdad, provocó cuatro muertos y diez heridos", indicó la fuente. cm-bd
En Tarmya, a 25 km al norte de Bagdad, un tercer auto bomba estalló, según la misma fuente, al paso de un convoy del ejército iraquí, hiriendo a dos civiles, un policía y un soldado.
En otro atentado, cometido hacia las 09H45 (05H45 GMT), dos policías de la guardia del general Rachid Flaih, uno de los jefes de los comandos de la policía, fueron heridos, según una fuente del hospital Yarmuk.
"El convoy del general Flaih fue atacado al norte de Bagdad", había indicado la misma fuente del ministerio del Interior precisando que el oficial resultó ileso y que "algunos guardaespaldas" quedaron heridos leves.
Al norte de Bagdad, un policía fue muerto por hombres armados en la mañana, según la policía local. El ataque tuvo lugar en Jalis, a 80 km al norte de la capital, en una región donde los ataques contra la policía son frecuentes.