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Extrema derecha no pudo marchar por Berlín

El grupo opositor a los neonazis realizó su recorrido, planificado por el centro de la ciudad, como previsto. En cambio al partido NPD no llegó más allá de su punto de reunión.

08 de Mayo de 2005 | 17:35 | Ilona Goyeneche, desde Alemania

Los nazis también quisieron manifestarse a 60 años de la guerra.
BERLÍN.- Este día fue decisivo en la capital Alemana. No solamente porque se conmemoraron 60 años desde que se terminó la Segunda Guerra Mundial, si no que también, porque hoy se había anunciado la macha del grupo de la extrema derecha y la manifestación en contra de ésta. Nadie sabía ni cuántos iban a participar en ambos bandos y menos qué iba a pasar.

Por eso la capital alemana se preparó con anticipación y repartió 9000 efectivos, traídos incluso desde otros lados del país, por todo el centro. Ya desde la mañana no se podía circular libremente por la ciudad, menos todavía, cuando la marcha y manifestación estaban en pleno movimiento.

Otra de las acciones que realizó el gobierno para evitar una confrontación de la extrema derecha y sus opositores, que inicialmente se especulaba iba a suceder frente a la puerta de Brandenburgo, fue realizar justo ahí mismo un gran “Día de la Democracia” con escenario gigante, eventos, música, discursos y stand, desde informativos hasta de comida.

Nunca más nazismo

Puntual, a las 10 de la mañana como planificado, se reunieron los opositores de los neonazis en el Bertold-Brecht- Platz, en pleno centro de la ciudad, desde donde pretendían llegar hasta el Alexanderplatz done iba a partir la marcha del partido NPD anunciada para las 14:00 horas. Ese era el objetivo de los opositores a los de la extrema derecha conformados por simpatizantes de los partidos comunista y socialista, grupos antinazis, pacíficos y gays, punks y una gran cantidad de de civiles sin adherencia a algún grupo o partido: evitar que los de “cabeza rapada” realizaran su marcha.

Mientras se iban sumando las personas se escuchaban por altoparlantes discursos entregados por diferentes personas que hablaban en resumidas cuentas de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, del gobierno nazi, la liberación que significó el 8 de mayo y, ante todo, de un “nunca más nazis”.

La marcha en sí se realizó de manera pacífica y como prevista, aunque no se logró llegar hasta el Alexanderplatz mismo. Según los organizadores se reunieron unas 15.000 personas, según la Policía 6500. Lo que sí, fueron lo suficiente como para llenar las calles del centro de la ciudad. Luego de ver frustrados sus intentos de llegar hasta el punto de reunión del NPD, el gran grupo se disolvió y en forma parcelada se repartieron nuevamente en diferentes lugares donde podía pasar la oposición. Eso sí, siempre detrás de un muro de efectivos de seguridad con los cuales hubo, en algunos momentos, confrontaciones nada de amables.

La frustración de la extrema derecha

La manifestación de la extrema derecha, por otro lado, no fue ni tan puntual ni tan masiva como la de la oposición que se había realizado en la mañana. Unos 3300 simpatizantes del partido NPD estaban cercados por una enorme cantidad de autos policiales y ni si quiera podían ser vistos por sus contrincantes. Sólo una persona logró provocar al grupo reunido. Ursula Krüger, militante del PDS (Partido socialista), vive en este sector por lo que se paró en un balcón de su edificio para mostrar provocativamente la bandera de su partido lo que cosechó inmediatamente pifias. “Encuentro que es una basura que se permita manifestarse a este partido. No quiero ni imaginar lo que va a costar nuevamente todo este despliegue policial”, dice indignada la alemana, y agrega: “este partido da sólo discursos populistas y no son capaces de hacer política”.

Así, prácticamente acompañados sólo por efectivos de seguridad, periodistas y algún que otro civil que vivía en el sector, el partido representado en su gran mayoría por los jóvenes de éste, comenzó su manifestación bajo el lema „60 Jahre Befreiungslüge - Schluß mit dem Schuldkult“ (“60 años de la mentira de la liberación – fin con el culto a la culpa”). Los discursos describían este día como un “vergüenza” ya que Alemania “no había sido liberado como dicen, si no que ocupados” y que es hora que se recuerden las víctimas nacionales. Carteles exigían “Trabajo primero para los alemanes”.

“Esto es horroroso”, dice indignada Vera Stankoweit que vive por ese sector. “Alemania ya conoce las atrocidades de los nazis, como para permitir una reunión como ésta”, dice la berlinesa de 75 años, que vivió el fin de la guerra justo aquí, en la capital alemana. “Yo creo que la Alemania aún no ha cerrado el capítulo con la extrema derecha”.

El propósito inicial del NPD era marchar frente a la puerta de Brandenburgo, pero esto fue prohibido el viernes por el tribunal constitucional con el argumento que ahí se encontraba el monumento, que se inaugurará el martes, en recuerdo de los judíos europeos asesinados. Según una ley nueva no se pueden realzar manifestaciones cerca de monumentos. La alternativa planificada entonces fue caminar por la calle Unter den Linden hasta Friedrischtsrasse. Lo que no sabía la NPD, es que no iba a llegar más lejos de donde estaban.

La policía simplemente le pidió al partido que desistieran de la macha para evitar confrontaciones con sus opositores. Unos 3000 los esperaban al otro lado del río, aparte del resto cerca del Alexanderplatz. Así, dejar marchar a este grupo hubiera significado confrontaciones seguras. Lo sabían los encargados de mantener la seguridad. Lo más probable que también los líderes de los neonazis, por lo que finalmente decidieron retirarse. Para el grupo opositor a los de la extrema derecha “esto se podría llamar ‘un éxito total’” como dijo un adolescente feliz al enterarse de la suerte de los neonazis.

Al final del día la policía entregó un balance total de alrededor de 40 manifestantes presos. Un tercio de la NPD y el resto de los opositores.
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