MOSCU.- El Presidente estadounidense, George W. Bush, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, representaron todo un espectáculo de cordialidad durante el desfile militar del lunes en la Plaza Roja, dejando de lado las tensiones políticas mientras sonreían y charlaban como viejos amigos.
El lenguaje corporal entre Bush y Putin reflejaba calidez. Cuando el Presidente estadounidense y su esposa, Laura, se encontraron en la Plaza Roja con Putin y su mujer, Lyudmila, los dos líderes bajaron sus paraguas para los fotógrafos.
Esto ocurrió poco después de que Putin saludara fríamente al Presidente ucraniano Viktor Yushchenko, cuyo rostro está marcado por el envenenamiento con dioxina que él atribuye a sus enemigos políticos.
El respaldo público de Putin al opositor de Yushchenko en las elecciones de fines del año pasado fue ampliamente visto como un desastre de relaciones públicas para el Kremlin, especialmente en Occidente.
Sentados uno junto al otro en el centro del palco en la Plaza Roja, las paredes del Kremlin alzándose en forma imponente detrás de ellos, Putin tocaba el brazo de Bush mientras conversaban amigablemente durante las ceremonias en conmemoración del 60 aniversario del fin de la Segunda Guerra.
Es la primera vez que un Presidente estadounidense presencia un desfile militar ruso de semejante escala en la Plaza Roja. La procesión del lunes, dedicada a la victoria en la Segunda Guerra Mundial, no contó con la exhibición masiva de armas de los desfiles de la era soviética.
Frente a Bush pasaron soldados marchando con paso de ganso, bajo la bandera de la hoz y el martillo que simbolizaba al comunismo y los años de gloria de la URSS, todo un recuerdo de la Guerra Fría.
La visita de Bush a Moscú tuvo lugar en momentos de tensión en la relación estadounidense-rusa, pero estaba claro tras su encuentro con Putin el domingo por la noche que querían dejar de lado las diferencias, al menos por ahora.
La amistad personal se vio en su máxima expresión cuando Putin le permitió a Bush que condujera su auto de colección Volga blanco tras las conversaciones del domingo en la casa de campo del líder ruso.
Bush, que se encuentra en una gira por cuatro naciones que concluye el martes en Georgia, llegó a Moscú después de calificar como un error histórico al predominio soviético de la posguerra en los estados bálticos, e instar a Putin que continúe en el camino de la democracia.
