LONDRES.- Una niña angoleña de ocho años fue torturada y estaba a punto de ser asesinada después de haber sido acusada de brujería por familiares, se supo el lunes en el Tribunal de lo criminal de Londres.
La niña, que había sido metida en un saco de ropa, iba a ser arrojada a un río cuando uno de sus agresores logró convencer a los otros de que no lo hicieran, explicó la fiscal Patricia May.
Antes de este episodio, la niña había sido golpeada a diario, cortada, privada de alimentos, e incluso le habían frotado pimientos sobre los ojos después de que otro niño, con el cual vivía, la acusara de utilizar la brujería para hacerle daño a él, a su madre y a otros miembros de la familia.
Tres mujeres y un hombre comparecen acusados de crueldades contra un menor, entre ellas una tía de la niña y la mujer en cuya casa vivía, Sata Kisanga, de 35 años.
La niña, que perdió a sus padres, llegó de Angola en 2002 con una tía que pretendía ser su madre.
