BAGDAD.- Cuatro atentados suicidas dejaron al menos 66 muertos el miércoles en Irak, los últimos de una violenta campaña de la insurgencia que ha matado a casi 400 iraquíes desde que se presentó el nuevo gobierno hace dos semanas.
En la ciudad natal de Saddam Hussein, Tikrit, un suicida hizo estallar su coche entre una multitud de trabajadores, principalmente chiítas procedentes del sur de Irak, que se habían reunido para buscar empleo.
La policía dijo que al menos 28 personas murieron y 60 resultaron heridas. Un policía en el lugar de la explosión en Tikrit, 175 kilómetros al norte de Bagdad, dijo que ésta tuvo lugar cerca de una comisaría de la policía, pero que el objetivo era la multitud de trabajadores.
"Lo que vi era una tragedia", dijo Ibrahim Mohamed, un trabajador de la ciudad de Kut que presenció el atentado. "Algunas personas tenían sus cabezas arrancadas por la explosión, algunas estaban quemadas, algunas despedazadas".
Los rebeldes, principalmente sunitas, han atentado a menudo contra los chiítas, generando temores de que están intentando impulsar una guerra civil sectaria.
En la ciudad de Hawija, en el suroeste de la estratégica ciudad petrolífera de Kirkuk, en el norte de Irak, un suicida entró en un centro de reclutamiento del ejército y detonó su cinturón de explosivos, matando al menos a 32 personas e hiriendo a 34, dijeron fuentes hospitalarias.
Un tercer suicida hizo estallar su vehículo cerca de una comisaría de policía en el barrio de Dora en el sur de Bagdad, matando al menos a tres civiles. La policía dijo que el suicida estaba intentando llegar a la comisaría, pero que hizo estallar su coche antes de alcanzar el edificio.
Un ataque con un coche bomba contra una patrulla de policía en el distrito Mansur de Bagdad mató a dos policías y a un civil, dijeron responsables del Ministerio del Interior.
Crisis de rehenes
Los insurgentes han secuestrado también a dos rehenes extranjeros - un ingeniero australiano capturado en Bagdad a finales de abril y un trabajador japonés de seguridad que fue raptado el domingo en el oeste de la capital.
Los secuestradores del australiano Douglas Wood, de 63 años, demandaron que Australia retirara sus tropas de Irak el martes. Canberra insistió en que no negociaría con los secuestradores y el plazo pasó sin noticias sobre su destino.
La semana pasada, los secuestradores de Wood difundieron un vídeo en el que aparecía con aspecto confundido mientras dos hombres enmascarados le apuntaban con sus rifles.
El rehén japonés, Akihiko Saito, de 44 años, fue capturado cuando un convoy extranjero de seguridad sufrió una emboscada en el oeste de Irak el domingo por la noche. Uno de los grupos insurgentes más temidos de Irak, el Ejército de Ansar al Sunna, dijo que retenía a Saito.
Ansar al Sunna ha matado a veintenas de rehenes, entre ellos extranjeros procedentes de países que no tenían conexión con la guerra en Irak.
