MADRID.- La banda terrorista ETA continúa con su campaña de atentados con la detonación hoy en Madrid de un auto-bomba en el que había colocado una mochila con explosivos.
Cuatro personas fueron trasladadas a centros asistenciales por sus heridas y más de treinta han sido atendidas en el lugar, al presentar problemas auditivos o crisis de ansiedad como consecuencia de la explosión.
El suceso se produjo poco después de las 9.30 horas (7.30 GMT) en una calle del nordeste de Madrid, en una zona cercana a una estación de metro.
Fuentes de la investigación informaron a EFE de que la furgoneta utilizada por los terroristas era robada y que la explosión tuvo lugar después de que se produjera una llamada en nombre de ETA al diario vasco "Gara", en la que se anunciaba la colocación de la bomba.
El citado diario es el que utiliza habitualmente la banda terrorista para avisar de la activación de estos artefactos que, en este caso, fue colocado en una furgoneta marca ’’Renault’’.
El ministro español del Interior, José Antonio Alonso, indicó que la mochila contenía entre 18 y 20 kilos de cloratita y que el vehículo utilizado por los terroristas fue robado el martes en El Escorial, localidad próxima a Madrid.
La reacción oficial
Poco después del atentado, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró que el objetivo del Ejecutivo es ’’combatir y acabar con el terrorismo’’ y que el único destino de ETA es abandonar las armas y disolverse.
El jefe del Gobierno hizo estas consideraciones ante el pleno del Senado, después de que el portavoz del opositor Partido Popular (PP), Pío García Escudero, expresara el apoyo de su grupo al Gobierno y considerase que la nueva acción terrorista ’’no parece un deseo de negociación (de ETA) sino más bien un intento de presión’’.
El Ejecutivo español obtuvo hace ocho días el respaldo mayoritario del Congreso de los Diputados (cámara baja del Parlamento) para iniciar una eventual negociación con ETA si la organización terrorista abandona las armas.
El PP, el principal partido de la oposición, fue el único que no apoyó esta iniciativa en la Cámara, por considerar que rompía la unidad de acción de las fuerzas políticas e instituciones contra ETA.
Precisamente, en los últimos días, diversos medios de comunicación en España han especulado sobre el inicio de posibles contactos del Gobierno con ETA que el Ejecutivo ha desmentido.
A este respecto, el ministro del Interior español insistió hoy en la determinación del Gobierno en la lucha contra la banda terrorista, y pidió que se rebaje el ’’nivel de ruido’’ por las ’’especulaciones y conjeturas’’ de los últimos días.
También la directiva del gobernante Partido Socialista (PSOE) condenó el atentado en un comunicado en el que afirma que la banda armada ’’debe saber que nunca conseguirá ningún rédito político a través de la violencia’’, e hizo un llamamiento a los partidos para trabajar ’’unidos y sin fisuras’’ contra el terrorismo.
La dirección del PSOE subraya que ’’en un país democrático como España nada se puede conseguir violentando la normalidad democrática’’, por lo que recalca que ’’el terrorismo y ETA deben desaparecer’’.
La Asociación española de Víctimas del Terrorismo se pronunció sobre el suceso y señaló que el atentado ’’demuestra inequívocamente el error de aquellos que pretenden dialogar con ETA sometiendo al Estado de Derecho a los designios de los asesinos’’.
Mientras, el dirigente del PP, Pío García Escudero, opinó que con este atentado la banda terrorista intenta ’’presionar al Gobierno para que se siente a negociar cuanto antes’’ y frustrar así una política que ’’acabaría con ella muy pronto’’.
El atentado de Madrid sucede a los perpetrados en las últimas semanas por ETA en varios puntos del País Vasco, que no produjeron heridos.
La acción terrorista se produce además dos días después de que la Policía francesa detuviera en el suroeste del país al presunto jefe del aparato internacional de ETA, Ramón Sagarzazu Gaztelumendi, y a otros dos supuestos miembros de la banda, Bernard San Sebastián y Oier Goitia Abadía.
En los registros practicados durante las detenciones, la policía francesa encontró una pistola y 125 kilogramos de nitrato amónico, sustancia empleada para fabricar explosivos.
