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Telescopios del mundo se preparan para choque de cometa con sonda

Entre esos están el Hubble, el Chandra y el Spitzer que la NASA mantiene en el espacio, así como el conjunto de telescopios de El Paranal, en Chile, bajo la dirección del Observatorio Europeo Meridional (ESO), una organización intergubernamental de 11 miembros.

03 de Junio de 2005 | 09:09 | EFE

Ilustración del impacto entre el "impactador" de la sonda "Deep Space" y el cometa "Temple 1". Crédito: NASA.
WASHINGTON.- Más de 30 observatorios astronómicos de todo el mundo han iniciado la coordinación de operaciones para captar las imágenes del choque de la sonda "Deep Impact" de la NASA con el cometa Tempel 1, que deberá ocurrir el 4 de julio.

Entre esos observatorios están el Hubble, el Chandra y el Spitzer que la agencia estadounidense mantiene en el espacio, así como el conjunto de telescopios de El Paranal, en Chile, bajo la dirección del Observatorio Europeo Meridional (ESO), una organización intergubernamental de 11 miembros.

Para los científicos de todo el mundo será la gran oportunidad de escudriñar por primera vez los materiales que se han mantenido sin cambios en el seno del cometa desde la creación del Universo.

El 3 de julio, cuando "Deep Impact" llegue a las proximidades del cometa, la sonda se dividirá en dos componentes.

Uno se ubicará en la trayectoria del cometa para chocar directamente con su núcleo, mientras el otro realizará una maniobra que le permitirá presenciar la "colisión en primera fila", según anunció el jueves el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.

Una vez ubicado en la trayectoria del cometa, los componentes informáticos del vehículo (software) lo guiarán hacia el núcleo del cometa iluminado por el sol.

El choque del "impactador", como lo ha apodado la NASA, causará, posiblemente, un cráter del tamaño de una cancha de fútbol así como una nube de materiales que se propagarán por el vacío espacial.

Experimento pionero

El experimento será la primera oportunidad de estudiar la corteza y el interior de un cometa, señaló ESO, que coordinará las operaciones de los telescopios de El Paranal y de La Silla en el norte de nuestro país.

Según manifestó un comunicado de ESO, debido a que el material del núcleo de un cometa es absolutamente prístino, podrá revelar nueva información sobre los albores del Sistema Solar.

Además, proporcionará a los científicos nuevos conocimientos sobre la naturaleza y estructura de los cometas y otros cuerpos que pululan en el Sistema Solar.

Pero antes de iniciarse la coordinación de los telescopios que se enfocarán en el punto de la colisión a unos 100 millones de kilómetros de la Tierra, los observatorios de la NASA y de ESO tuvieron que determinar la forma, la velocidad y la rotación del cometa en su aproximación a la Tierra.

"Incluso los más pequeños ajustes a nuestro modelo del cometa Tempel 1 son cruciales para dar en el blanco y determinar cuáles deberán ser los tiempos de exposición de las cámaras" que observarán de cerca la colisión, manifestó Carey Lisse, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins y director de estudios de Spitzer.

Las observaciones con telescopios terrestres han determinado que el cometa es oscuro y alargado, con una longitud de 14 kilómetros por cuatro de ancho y una estela de más de 30.000 kilómetros.

Por su parte, ESO indicó que era "esencial" tener una buena base de observaciones antes del impacto para hacer una distinción absolutamente clara de los efectos del impacto y separarlos de la actividad natural del cometa.

Al mismo tiempo, ESO trató de suavizar las expectativas, generadas en algunos sectores científicos, de que en la noche del 4 de julio y en los días posteriores los efectos de la colisión podrán verse a simple vista desde la Tierra.

"Debido al conocimiento limitado de la estructura de estas bolas de nieve sucia -que es la mejor definición de un cometa- está lejos de ser claro cuál será el efecto del impacto", señaló ESO.
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