 El titular de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé, tras asumir como nuevo Presidente. |
SUCRE.- Eduardo Rodríguez Veltzé, titular de la Corte Suprema de Justicia de Bolivia, juró este jueves ante el Congreso como nuevo presidente de Bolivia en reemplazo del dimitente mandatario Carlos Mesa, y en su discurso de posesión convocó a elecciones anticipadas.
La elección de Rodríguez se produjo minutos después de que el Congreso aceptara por unanimidad la renuncia de Mesa y tras la declinación de los líderes del Congreso, Hormando Vaca Díez y Mario Cossío -primeros en la línea de sucesión presidencial- debido a enormes presiones populares, con disturbios que causaron un muerto.
Fue Vaca Díez, en su condición de presidente del Senado, el encargado de tomar el juramento a Rodríguez a las 23:48 horas.
En su discurso de posesión, Rodríguez convocó a elecciones generales señalando que "una de mis atribuciones será convocar a ese proceso electoral donde se renueve la representación ciudadana".
El nuevo mandatario no precisó una fecha para los comicios, pero la Constitución prevé que la convocatoria no puede exceder el plazo de 180 días.
Rodríguez señaló que llega a la presidencia asumiendo el "deber constitucional" de un "juez de la República" y desde esa posición pidió una actitud conciliatoria en el país.
"No me anima ningún propósito político, partidario o personal", dijo el nuevo mandatario, quien pidió la cooperación solidaria del pueblo boliviano.
Elecciones generales
Eduardo Rodríguez, convocó a elecciones generales en el país, en un discurso la medianoche de ayer tras ser posesionado por el Congreso en reemplazo del anterior mandatario Carlos Mesa.
"Una de mis atribuciones será convocar a ese proceso electoral donde se renueve la representación ciudadana", dijo Rodríguez, anterior presidente de la Corte Suprema de Justicia.
El nuevo mandatario no precisó una fecha para los comicios, pero la Constitución prevé que la convocatoria no puede exceder el plazo de 180 días.
Rodríguez, de 49 años, dijo que ejercerá un "mandato breve con la ayuda del Congreso" y llamó a "un gran acuerdo nacional" frente a las divisiones y enfrentamientos políticos sociales que se registran en Bolivia.
Al referirse al principal reclamo en las extendidas protestas de mineros y campesinos, recordó que la Constitución de Bolivia dice que los hidrocarburos "son del dominio original del Estado".
"Nada ha cambiado, lo que ha cambiado es la forma de administrarlos. Es el Congreso el que debe ser capaz de hacer efectivo ese proceso constitucional para recuperar el recurso", dijo el nuevo jefe de Estado en su breve discurso de alrededor de diez minutos.
El llamado de Evo Morales
No bien se posesionó, el influyente diputado opositor Evo Morales pidió a Rodríguez un compromiso para nacionalizar los hidrocarburos y convocar a la asamblea constituyente.
El nuevo presidente "debe nacionalizar de hecho los hidrocarburos, comprometerse a convocar a la constituyente y, por supuesto, llamar a elecciones", declaró Morales, cuyas huestes presionaron la renuncia a la sucesión presidencial de Vaca Díaz y de Cossío.
Vaca Díez declinó sus aspiraciones ante la evidencia de que su nombramiento aumentaría el caos en el país. El propio Mesa había señalado que de no dar éste un paso al costado podría producirse "una guerra civil".
La renuncia de Vaca Díez
En su mensaje de renuncia, Vaca Díez hizo fuertes críticas a Mesa y a Evo Morales. En particular le pidió a Morales y a su grupo "que desmovilicen, que devuelvan la calma y la tranquilidad; no se puede estar en el Congreso usando la democracia para atentar contra ella, a costa de enormes sacrificios para el país".
Tras la renuncia del presidente del Senado se conoció la de Cossío -que se daba por descontada- y con eso se allanó el camino para la sucesión de Rodríguez, un jurista de 49 años, que llegó a la Corte en 1999 como ministro para presidirla cinco años después.
Su hoja de vida no anota actividad política alguna y, en cambio, incluye una amplia trayectoria en la actividad jurídica.
Entre ellas, cursó una maestría de Administración Pública en la prestigiosa Universidad de Harvard de Estados Unidos y fue docente en varias universidades bolivianas.
Dificultades del Congreso
El Congreso boliviano -que no pudo sesionar en los días previos en La Paz por los desórdenes que allí se produjeron- también fracasó en sus primeros intentos de hacerlo en Sucre, capital constitucional, pues hasta allí se desplazaron los manifestantes con el fin de impedir la nominación de Vaca Díez.
La Paz, sede natural del Parlamento, está desde hace semanas copada por manifestantes y al borde del desabastecimiento luego de semanas de protestas en reclamo de nacionalizar los hidrocarburos.
Los legisladores se habían citado en Sucre, ciudad de 400.000 habitantes a 740 km de La Paz, protegidos por unidades militares en pie de guerra en un clima de creciente tensión que se desbordó finalmente cuando se informó de la muerte de un minero de 52 años, baleado por tropas del Ejército cuando intentó pasar una barrera militar cerca a Sucre.
Unos 1.500 militares participaron de la operación de seguridad, desplegados en los límites de la ciudad y en estratégicos puntos rurales para frenar el ingreso de grupos de manifestantes considerados "muy beligerantes", con los cuales protagonizaron choques.
En medio de la zozobra, las Fuerzas Armadas bolivianas advirtieron en un comunicado su respeto a la Constitución y a la decisión que tomara el Congreso.
La oposición a Vaca Díez llegaba a tal punto, que los alcaldes de varias poblaciones y ciudades bolivianas -entre ellas La Paz, Potosí, Cochabamba y la misma Sucre- se declararon en huelga de hambre en protesta ante la posibilidad de que su nombramiento se concrete.
La dimisión de Mesa -cuyo mandato iba hasta agosto de 2007- se registra tras 20 meses de gestión, en la que no consiguió contener los reclamos por la estatización de los recursos energéticos ni las exigencias regionales de mayor autonomía.