PUERTO PRINCIPE.- La esposa de Jean Henold Buteau escuchaba azorada una voz brusca del otro lado de la línea telefónica: Tenemos a su esposo. Entréguenos un millón de dólares o comience a planear su funeral.
Entonces la mujer escuchó los gritos de su esposo cuando los secuestradores lo torturaban al hallarse atado de pies y manos, con la cabeza encapuchada, y le aplastaban las yemas de los dedos y de las orejas con pinzas de acero o le quemaban los pies con plástico derretido de botellas de jugo vacías.
El secuestro de Buteau, que duró 20 horas en abril, fue parte de una cadena de que ha agravado la situación en Haití, un país azotado por la violencia.
Un promedio de cuatro personas son secuestradas diariamente por las pandillas callejeras afiliadas con organizaciones políticas, por narcotraficantes, policías corruptos y haitianos deportados por haber cometido crímenes en Estados Unidos, indicaron las autoridades.
’’Pensaba: ’Gracias a Dios que mi madre está muerta porque no habría podido soportarlo’. Fueron muy, muy brutales’’, indicó Buteau, un médico y líder de un partido de centroizquierda que fue liberado después de que su familia pagó un rescate muy por debajo de la cifra demandada originalmente.
Los secuestros son la tendencia más reciente en la incesante violencia que un funcionario de las Naciones Unidas calificó como ’’una guerra urbana’’ para desestabilizar a Haití en anticipo de las elecciones del tercer trimestre del año para cubrir un vacío de poder tras una revuelta que derrocó al presidente Jean-Bertrand Aristide el año pasado.
Al menos 130 personas fueron secuestradas en Puerto Príncipe durante abril, un enorme incremento en los meses previos, indicaron funcionarios de la ONU.
Las cifras precisas de los secuestros en los meses anteriores no fueron divulgadas.
Las víctimas van desde acaudalados dueños de empresas que son arrancados de sus vehículos en calles muy transitadas de la capital haitiana hasta trabajadores haitianos arrancados de barrios pobres y cuyos rescates alcanzan apenas cientos de dólares.
Los extranjeros también son blanco del secuestro.
Una mujer canadiense fue secuestrada de su casa esta semana y presuntamente pagó un rescate de 300.000 dólares, y fue por lo menos la quinta extranjera en ser secuestrada en los últimos dos meses.