ROMA.- La Ciudad Eterna cuenta este verano con una singular playa artificial a orillas del río Tíber, acondicionada con arena, piscinas, árboles y plantas y con una privilegiada vista de la basílica de San Pedro.
Con esta iniciativa, las autoridades quisieron dotar el centro urbano de la capital italiana de un carácter más estival y acercar el río a los romanos, como una alternativa para aquellos que no puedan veranear en el mar.
La playa romana, inaugurada el fin de semana, está situada en las inmediaciones del histórico Castillo de Sant’Angelo y cuenta con un espacio de arena de unos 180 metros que en los primeros días de su apertura acogió a numerosos ciudadanos y turistas.
Además de la arena, a lo largo de medio kilómetro del cemento que normalmente recubre el paseo fluvial se colocó una piscina, se instaló agua potable, reposeras, cabinas para cambiarse y quioscos de bebidas.
El acceso a las instalaciones es gratuito, pero los servicios como la piscina, o las sombrillas se cobran.
La playa estará abierta hasta el próximo 17 de septiembre y permitirá tomar el sol en pleno centro histórico de Roma, pero con la prohibición de bañarse por las pésimas condiciones higiénicas del río.
La iniciativa se inspiró en un proyecto realizado en el río Sena, que atraviesa París, cuyo éxito motivó que otras ciudades europeas, como Berlín y Budapest, lo imitaran.
La playa artificial se enmarca en un plan que pretende recuperar el Tíber, después de que hace dos años el Ayuntamiento impulsara su navegabilidad y la puesta en marcha de un servicio de cruceros por el río, al estilo de los "bateau mouche" del Sena.