PUERTO PRINCIPE.— El comandante brasileño de las fuerzas de paz de la ONU en Haití dijo ayer que quiere dejar su puesto, pero negó que su decisión obedezca a las críticas de que las fuerzas no han sido suficientemente eficaces para combatir a las pandillas armadas que amenazan las elecciones previstas para noviembre.
El teniente general Augusto Heleno Ribeiro, comandante de la misión de paz, conformada por 7.400 miembros, dijo que escribió recientemente a sus superiores en Brasil, para pedir su transferencia. Destacó que su contrato de un año en Haití expiraba en mayo, y dijo que deseaba dar a otro oficial la oportunidad de encabezar las fuerzas aquí.
"Ahora espero una decisión de mi gobierno y de la ONU", dijo Heleno en una entrevista telefónica. Añadió que no sabe cuándo saldrá del país ni quién lo reemplazará.
Los pacificadores y la policía de Haití han tenido problemas para combatir una oleada de violencia desde la rebelión de febrero del 2004, que derrocó al presidente Jean Bertrand Aristide.
Las fuerzas de la ONU han sido criticadas por no combatir decididamente a las pandillas que están en favor y en contra de Aristide, en los barrios pobres y violentos de Puerto Príncipe.
Sin embargo, Heleno dijo que su decisión de partir "no tenía relación" con las quejas, y acusó a sus críticos de tratar de que las fuerzas de paz sean culpadas por la situación.