MANILA.- La Presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, afronta hoy nuevos llamamientos que exigen su dimisión por su incorrecta actuación en los comicios presidenciales de hace un año pese a que la mandataria pidió perdón el lunes.
Macapagal Arroyo se disculpó en la tarde del lunes tras admitir que había hecho una llamada a la comisión electoral durante el escrutinio. La revelación de esto, el pasado 6 de junio, ha provocado una crisis política en el país insular, donde se pide la renuncia de la presidenta en manifestaciones y circulan advertencias de golpes de Estado.
El senador Aquilino Pimentel, en la oposición, afirmó hoy que a Arroyo no le queda otra salida que ’’hacer como Nixon’’, refiriéndose a la renuncia que presentó el ex presidente estadounidense Richard Nixon tras quedar expuesto por el escándolo Watergate.
’’No hay otra salida honrosa a la presidenta que renunciar y dejar libre el camino para celebrar nuevos comicios’’, dijo Pimentel.
Tras tres semanas de silencio en las que la tensión política ha ido creciendo, Arroyo reconoció el lunes que había cometido un ’’error de cálculo’’ cuando llamó al colegio electoral mientras todavía se realizaba el escrutinio en las elecciones presidenciales celebradas en mayo de 2004.
Las grabaciones ilegales, que han sido entendidas por algunos como un esfuerzo para ajustar los resultados, han desencadenado la crisis del gobierno de Manila.
El parlamento ha comenzado una investigación de las cintas en las que se escucha cómo Arroyo pregunta al comisionado de la Comisión Electoral si ella tiene una ventaja de al menos un millón de votos más que su rival, el actor Fernando Poe Junior.
Un abogado privado presentó una demanda judicial contra Arroyo por traicionar la confianza pública.