MANILA.- El gobierno de la Presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, parecía derrumbarse el viernes en momentos en que iba perdiendo su base de apoyo y sus simpatizantes la abandonaban y le exigían su renuncia debido a un escándalo electoral.
En un mensaje por radio mientras miles de personas se manifestaban contra ella en el distrito financiero de la capital, Arroyo nuevamente prometió que no iba a renunciar y anunció que nombrará a un nuevo gabinete la semana próxima y dijo a sus oponentes que llevaran sus quejas ante el Congreso.
Sin embargo, parece que poco a poco va perdiendo el control del gobierno y se desvanecen rápidamente sus posibilidades a menos que entregue pacíficamente el poder al vicepresidente Noli de Castro, a quien grupos de izquierda piden que demuestre que no está manchado por el escándalo.