Alberto II junto a su hermana Estefanía. |
MÓNACO.- El príncipe Alberto II de Mónaco, a la cabeza de este micro Estado desde la muerte de su padre Rainiero hace tres meses, recibió hoy la bendición religiosa que marca la ascensión al trono del Principado, engalanado con los colores blanco y rojo de su bandera.
Por primera vez desde el funeral de Rainiero, la familia principesca, cuyas tragedias y momentos de felicidad han ocupado amplios espacios en las revistas del corazón del mundo entero, apareció en público, rodeando a Alberto en la catedral de la Inmaculada Concepción, bajo los flashes de los fotógrafos.
Vestido con un traje oscuro, Alberto II, de 47 años, heredero de una dinastía de 700 años, recibió, arrodillado y el rostro grave e impasible, la bendición del arzobispo de Mónaco, monseñor Bernard Barsi.
La princesa Estefanía le tomó la mano a su hermano y éste a su vez hizo otro tanto con su hermana Carolina.
Encuentro con los fieles
Esta ceremonia, "una especie de comunión con la población monegasca", según el deseo de Alberto, es meramente simbólica ya que el príncipe, que asumió la regencia en los últimos días de vida de Rainiero, accedió al trono a la muerte de su padre el 6 de abril. Una ceremonia con personalidades extranjeras está prevista para el 19 de noviembre, día de la fiesta nacional monegasca.
En la catedral, Alberto estaba rodeado de sus hermanas: Estefanía, vestida con un bolero blanco y un vestido de flores, y Carolina, con un abrigo gris y una estola negra, al lado de su esposo Ernesto Augusto de Hanover.
"Tenemos el deber de congregarnos en torno del que ahora dirige el Principado", declaró monseñor Barsi.
Unos centenares de monegascos acudieron a la catedral neo romana en piedra blanca, decorada con monogramas de Alberto II - dos A entrelazadas- y columnas de flores de lis blancas. En la cripta están enterrados los padres de Alberto, la actriz estadounidense Grace Kelly, muerta en 1982 en un accidente de automóvil, y Rainiero.
Unas decenas de monegascos contemplaban la ceremonia desde una pantalla gigante. "Hemos visto crecer a Alberto y a sus hermanas. Hoy es un poco como el matrimonio de un hijo", declaró Judith Pollati, una de las espectadoras.
Cerca de 300 periodistas y fotógrafos cubren los fastos en Mónaco, según el servicio de prensa del Principado.
Jefe de un micro Estado de dos km2 y 32.000 habitantes, con un volumen de negocios de cerca de 10.000 millones de euros en 2004, Alberto II quiere un futuro "irreprochable" en materia de blanqueo de dinero para el Principado, que estará volcado en la investigación, el medio ambiente y la acción humanitaria.
