CANCUN, México.— Los vientos exteriores del huracán "Emily" azotaron las playas de Cancún el domingo mientras miles de turistas nerviosos buscaban refugios en escuelas y gimnasios de este balneario del Caribe, conocido por sus aguas color esmeralda y sus discotecas.
Con vientos de 235 kph, "Emily" pasó por Jamaica, donde cuatro personas fueron barridas en un auto, antes de enfilar hacia la península de Yucatán.
Dos personas murieron al caer un helicóptero en el Golfo de México, en tanto que más de 15.500 trabajadores abandonaron plataformas petroleras ante la vecindad de la tormenta de Categoría 4, que se pronostica tocará tierra cerca de Cancún el domingo por la noche o el lunes por la madrugada.
Una flota de autobuses trasladaba a 30.000 turistas de Cancún, y entre 70.000 y 80.000 en todo el estado, a refugios temporales. A la tarde, fuertes ráfagas tironeaban de las palmeras, y los últimos bañistas corrían a sus autos.
Jorge Abulto, empleado de una tienda local, filmaba las olas con una cámara de video.
"No tenemos miedo", dijo. "Preocupación sí, miedo no".
Cientos de turistas aferrando almohadas salieron de los hoteles el domingo por la mañana y abordaron autobuses rumbo a lugares más seguros.
Muchos de ellos, principalmente extranjeros, estaban tendidos hombro con hombro sobre delgados colchones de goma en un gimnasio caluroso cerca del centro de Cancún, donde se les suministraron gratuitamente agua y sandwiches.
En Jamaica, los rescatistas hallaron el domingo cuatro cadáveres atrapados en un auto lleno de barro y escombros, dijo la policía. Un hombre, una mujer y dos niños recorrían un camino rural cuando una oleada los hizo caer a un precipicio.
Las islas Caymán no sufrieron daños mayores. El año pasado, tres huracanes catastróficos —Frances, Ivan y Jeanne— causaron cientos de muertes y daños por miles de millones de dólares.
El alcalde de Cancún, Francisco Alor, dijo que la ciudad se preparaba para un golpe directo de Emily.
"Este huracán llega con la misma fuerza que Gilberto", expresó refiriéndose a una tormenta que en 1988 mató a 300 personas en México y el Caribe.
La última vez que Cancún había enfrentado una evacuación masiva fue en 1988, cuando la ciudad y las áreas turísticas de los alrededores eran aún bastante nuevas y los hoteles sólo tenían 8.000 habitaciones disponibles. Ahora hay más de 50.000.
En la isla de Cozumel, al sur de Cancún, los turistas que se alojaban en hoteles frente al mar fueron trasladados a sitios más cercanos al centro de la isla, que figura en la trayectoria prevista del huracán.
También se esperaba que los residentes locales evacuaran sus viviendas y se fueran a unos 170 colegios y centros comunitarios.
El domingo en la mañana Emily estaba a unos 165 kilómetros (105 millas) al sur-suroeste de la isla Gran Caimán y se desplazaba hacia la Península de Yucatán a unos 32 kph (20 mph), con vientos de unos 240 kph (150 mph).