LIMA.- El ex presidente peruano Alan García declaró hoy ante un juzgado de Lima para declarar sobre su participación en las decisiones que derivaron en la matanza de 118 reos del penal El Frontón en 1986.
García se presentó ante la magistrada María Salazar como testigo en el proceso contra varios ex oficiales y suboficiales de la Marina de Guerra de Perú.
También declaró por la muerte de un centenar de presuntos terroristas que se amotinaron en El Frontón.
El ex mandatario (1985-1990) esperó a la tercera citación de la jueza para responder a ella y presentarse en la Sala Nacional contra el Terrorismo, ubicada en el centro de Lima.
Según los antecedentes del caso, el líder del opositor Partido Aprista Peruano (PAP) y virtual candidato a la presidencia el próximo año, dirigió un consejo de ministros en el cual se aprobó la represión militar del motín, que dejó un saldo de 118 muertos.
Sin embargo, algunos sobrevivientes declararon haber presenciado ejecuciones extrajudiciales contra los internos del penal construido en una isla frente a Lima.
La operación militar destruyó el penal, lo que provocó su cierre definitivo.
García entró al juzgado por una puerta posterior para evitar el acoso de la prensa, mientras que un grupo de simpatizantes le expresaba su respaldo en la entrada principal.
Sin embargo, minutos después, los militantes apristas se enfrentaron a golpes con familiares de las víctimas, que acudieron para protestar contra el ex gobernante.
El abogado del Estado para este caso, Julio Quintanilla, fue igualmente agredido por los seguidores de García, quienes le lanzaron al rostro huevos podridos y monedas.
Quintanilla fue acusado por los militantes apristas de estar dirigido por el líder del Frente Independiente Moralizador, Fernando Olivera, para involucrar a García en el caso.
Olivera, actual embajador peruano en España, es aliado del actual Gobierno. En la década pasada promovió varias investigaciones por presunta corrupción contra García.
