WASHINGTON.- Estados Unidos se declaró este jueves "horrorizado" por los nuevos atentados ocurridos en Londres, dos semanas exactas después de los ataques suicidas del 7 de julio.
"Evidentemente estamos afectados, indignados, horrorizados por este nuevo acto insensato y diabólico", declaró un portavoz del departamento de Estado, Adam Ereli.
"Somos solidarios con nuestros amigos y aliados británicos frente a este acto, como lo hemos sido siempre frente a numerosos desafíos que enfrentamos juntos y que nos plantean aquellos que intentan debilitar nuestros valores comunes y nuestro modo de vida", agrego el funcionario.
La Casa Blanca informó que el Presidente esatdounidense, George W. Bush, había sido informado de las explosiones y que seguía la situación de cerca, señaló el portavoz de la presidencia de Estados Unidos, Scott McClellan.
"Seguimos de cerca la situación. El Presidente fue informado de esas acontecimientos", declaró McClellan durante una conferencia de prensa.
En tanto, la embajada estadounidense en Londres está "temporariamente cerrada al público, excepto para casos de urgencia", dijo, sin precisar la razón de esa decisión.
Tras los atentados del 7 de julio, alrededor de 10.000 soldados estadounidenses estacionados en Gran Bretaña, principalmente aviadores acantonados en el centro de Inglaterra, al igual que sus familias, recibieron la consigna de no ir a Londres.
Esta decisión provocó la ira y la indignación de varios responsables políticos y de la prensa, cuando las autoridades británicas hacían todos los esfuerzos para dar seguridad a la población.
