JOHANNESBURGO.- El escritor nigeriano y Premio Nobel de literatura 1986, Wole Soyinka, denunció hoy como "una desgracia para África" la destrucción de viviendas y de la economía informal que se lleva a cabo actualmente en Zimbabwe, y pidió sanciones contra su gobierno.
Soyinka dijo asimismo que el presidente zimbabwense, Robert Mugabe, es "el ejemplo típico de delincuentes y monstruos que se aferran al poder en África" e instó a los demás dirigentes del continente a retirarle su solidaridad e imponerle sanciones.
"Un gran revolucionario, un luchador por la libertad, que se ha transformado en un monstruo, no hay otra palabra para describirlo", dijo Soyinka de Mugabe, de quien agregó: "ha perdido el rumbo completamente, se está comportando como un colonialista".
Según Soyinka, los líderes africanos se han mostrado reticentes a denunciar los abusos contra los derechos humanos en Zimbabwe y muchos de ellos siguen viendo a Mugabe como el héroe de la lucha contra el colonialismo. "Este tipo de solidaridad es erróneo y debe terminar.
Soyinka se encuentra en Sudáfrica para pronunciar una conferencia, mañana, viernes, como parte de las celebraciones de esta semana en el país para honrar a Nelson Mandela con ocasión de su 87 cumpleaños, e hizo sus declaraciones sobre Mugabe y Zimbabwe en el Club de Prensa de Ciudad del Cabo.
La mayor crítica de Soyinka fue para la demolición de viviendas precarias que, según las Naciones Unidas, han dejado a la intemperie a cientos de miles de personas, muchas de ellas vendedores ambulantes que también perdieron sus fuentes de trabajo porque las autoridades zimbabwenses destruyeron o confiscaron sus mercancías.
Las Naciones Unidas, que enviaron a Zimbabwe un equipo de su Centro para los Asentamientos Humanos ONU-Habitat para estudiar los efectos de los desalojos, estiman que, al menos 200.000 personas han quedado sin hogar como resultado de la campaña con la que el Gobierno zimbabwense pretende "restaurar el orden" en el país.
Las medidas de la conocida como operación "Murambatsvina" (Retirar la basura, en idioma shona), fueron aplicadas, según el Gobierno, para terminar con el comercio callejero, las viviendas precarias y los cultivos ilegales en los centros urbanos del país.
Las autoridades zimbabwenses afirman que esas plantaciones crearon un mercado negro de alimentos, aunque la oposición asegura que las medidas tienen como objetivo obligar a las poblaciones urbanas marginales que la apoyan a trasladarse a las áreas rurales, donde el régimen de Mugabe puede dominarlas "mediante el hambre". "En Zimbabwe, las palas mecánicas se han convertido en instrumentos de gobierno y es la gente común la que está sufriendo", afirmó Soyinka.
El escritor nigeriano criticó también la llamada "diplomacia silenciosa" que aplica el presidente sudafricano, Thabo Mbeki, en sus relaciones con el Gobierno de Zimbabwe. "No creo que ese enfoque tenga resultados y lo único que conseguirá en Zimbabwe es fortalecer a un dictador porque Mugabe confía en que sus acciones criminales no serán nunca desaprobadas por sus colegas", aseveró Soyinka.
El gobierno de Mbeki ha indicado que considerará la acción a tomar acerca de Zimbabwe sólo después de estudiar un informe sobre la situación que está preparando ONU-Habitat y que será divulgado en los próximos días.