MIAMI.- Un juez condenó este jueves a cinco años de prisión a un piloto que intentó volar borracho un avión comercial desde el aeropuerto internacional de Miami con 127 personas a bordo, y aplicó una condena menor a su copiloto, que no obstante estará encerrado por dos años y medio.
Además, al copiloto le ordenó escribirle una carta a sus hijos pidiéndoles perdón por lo que había hecho.
El piloto, Thomas Cloyd, y el copiloto, Christopher Hughes, fueron detenidos el 1 de julio de 2002 cuando abordaron a las 10H40 locales un vuelo de la aerolínea America West con destino a Phoenix (Arizona, oeste), y empleados reportaron a las autoridades que ambos parecían estar ebrios.
Seis horas antes habían estado consumiendo cervezas y jugando billar en un bar de Miami, y Hughes incluso se quedó dormido cuando lo fueron a buscar al hotel.
Un indignado juez, David Young, del tribunal del condado de Miami-Dade (sudeste de Florida), no tuvo piedad con Cloyd a quien calificó de "arrogante" por haber iniciado una discusión en un puesto de seguridad del aeropuerto porque no lo dejaron pasar con una taza de café.
"Francamente, no siento simpatía por usted y lo sentencio a cinco años de prisión", dijo Young al piloto, quien tenía un expediente de problemas con la ley por manejar borracho, violencia doméstica y alteración a la paz, todo bajo la influencia del alcohol.
Young destacó que de no haber sido por el incidente en el puesto de seguridad los empleados del terminal no hubiesen alertado a las autoridades y el avión hubiese despegado.
"¿Qué estaban pensando?", dijo Young mirando a los convictos, y regañando a la defensa porque intentó manejar el caso como un delito menor. "Este crimen tiene proporciones dramáticas y lo considero serio".
"Lo que hicieron está mal, es escandaloso y horrible", agregó.
Con Hughes, cuya esposa y hermano intercedieron por él pidiendo clemencia, fue menos severo porque dijo que había llevado una vida "ejemplar", aunque le señaló que el "que usted diga antes de la sentencia que no se merece esto es absolutamente reprensible".
Lo condenó a dos años y medio de prisión, un año de libertad condicional, 250 horas de trabajo comunitario y multa de 5.000 dólares, además de tener que escribirle una carta a sus hijos pidiéndoles perdón.
Familiares de los convictos no quisieron hacer comentarios al salir de sala, ni sus abogados, aunque la fiscal del caso, Hilla Katz, consideró la condena como "justa".
En la audiencia la Fiscalía presentó cartas enviadas por pasajeros del vuelo, una de las cuales escribió haber estado "horrorizada y en pánico" porque "inocentemente pusimos nuestras vidas en un vuelo derecho a la muerte".
Antes de Cloyd y Hughes sólo un piloto, Lyle Prouse, en 1990, cumplió cárcel por poco más de un año por operar una nave borracho de la aerolínea Northwest.
La defensa de los pilotos intentó convencer a un jurado el pasado mes de mayo que sus clientes nunca tomaron control del avión, que era remolcado por un vehículo en tierra cuando se les ordenó regresar a la puerta de embarque.
Pero más pesaron en corte los 14 vasos de cerveza, siete de un litro y siete de medio (34 onzas y 16 onzas), que la Fiscalía colocó en una mesa en sala para demostrar cuánto habían estado tomando los pilotos antes de la salida del vuelo.