LONDRES.- El comisario jefe de Scotland Yard, sir Ian Blair, admitió hoy, domingo, que se puede disparar a "alguien más" mientras la policía busca a los posibles terroristas suicidas de los ataques del pasado jueves en la red de transporte de Londres.
En declaraciones a la cadena Sky News, tras la muerte por error del brasileño Jean Charles de Menezes, Blair dijo que se aplica una "política de tirar a matar" para hacer frente a los suicidas y reconoció que esa práctica no sería modificada.
"Se puede disparar a alguien más, pero se hace todo para que sea lo correcto. Las personas tienen que tomar decisiones en circunstancias aterradoras", afirmó el comisario jefe.
El comisario Blair pidió hoy disculpas por la muerte de Menezes, muerto por los disparos de la Policía, y dijo que ésta acepta la total responsabilidad de lo sucedido.
"Es una tragedia. La Policía Metropolitana acepta la total responsabilidad. A la familia sólo puedo expresarle mi profundo pesar", declaró el comisario jefe de Scotland Yard a la cadena Sky News.
Menezes, de 27 años, fue tiroteado el pasado viernes por los agentes armados, que lo confundieron con un terrorista suicida en la estación de metro de Stockwell, en el sur de Londres.
El joven era electricista, de la provincia de Gonzaga, en el estado brasileño de Minas Gerais, en el sureste del país, y llevaba unos tres años viviendo en el Reino Unido.
El incidente ocurrió en la estación de Stockwell, cerca de la de Oval, donde el jueves un supuesto terrorista dejó una mochila con un artefacto explosivo que no llegó a estallar.
El joven había salido antes de un lugar vigilado por las fuerzas del orden, por sospechas de que pudiera tener relación con los atentados del pasado jueves contra tres estaciones del metro y un autobús de la línea 26 en Hackney, este de Londres.
El hombre saltó las barreras de la estación y se metió en un tren sin hacer caso a las órdenes de los policías, que al parecer le dispararon cinco veces a quemarropa.
En los ataques del día 21 no hubo víctimas porque sólo estallaron los detonadores y no las bombas, colocadas en tres convoyes del metro de las estaciones de Sheperd’s Bush, Warren Street y Oval, oeste, centro y sur de Londres, respectivamente, y en el autobús.
Los últimos ataques en Londres fueron muy parecidos a los sangrientos atentados perpetrados el día 7, en los que 56 personas murieron y unas 700 resultaron heridas.