RIAD/EL CAIRO.- El rey Fahd de Arabia Saudita fue enterrado hoy en Riad en una sencilla ceremonia encuadrada en la tradición musulmana.
A la oración funeraria en la Gran Mezquita de la capital, que se extendió sólo por un cuarto de hora, asistieron más de 30 jefes de Estado y de gobierno del mundo árabe y musulmán.
A su vez, para esta tarde se esperan las visitas de condolencia de representantes del mundo occidental, como el Presidente de Francia, Jacques Chirac; y del heredero de la corona británica, el príncipe Carlos. El rey de España, Juan Carlos, amigo personal de Fahd, anunció que acudirá en el transcurso de esta semana a presentar sus respetos al nuevo monarca, Abdullah.
Fahd murió ayer a los 84 años tras una larga enfermedad. Su medio hermano Abdullah lleva desde 1995 los asuntos de gobierno, luego de que el rey sufriera una apoplejía.
Acorde con la tradición más purista de la monarquía saudita, el funeral fue muy sencillo. Tras la oración, el cadáver del monarca, envuelto en una tela marrón, fue llevado en una ambulancia hasta el cementerio de Oud, en el centro de Riad, donde fue enterrado en presencia sólo de la familia.
La tumba fue cerrada con una piedra que no lleva inscripción alguna. La simplicidad se debe a que el islam establece que sólo Dios puede dar descanso final. El cuerpo del rey está junto a los otros cuatro anteriores monarcas de la dinastía saudita, iniciada en 1932.
Los funerales transcurrieron sin incidentes, en medio de fuertes medidas de seguridad. Riad ha sufrido en el pasado varios atentados sangrientos.
Fahd era considerado uno de los últimos reyes tradicionales que exhibía su riqueza en todas partes sin ningún tipo de recato. El rey deja numerosas residencias de Lujo entre otros junto al lago de Ginebra y en Marbella.
Por su parte, la sociedad saudita se encuentra dividida tras su reinado. Una parte de los jóvenes tiene costumbres occidentales y estudia en el exterior, mientras que por otro lado crece la corriente islamista que rechaza a la familia real por su vida dispendiosa y sus relaciones con Estados Unidos.
Del nuevo monarca, Abdullah, no se esperan grandes cambios. Se trata de una figura querida porque es considerado un musulmán practicante y ha criticado muchas veces el estilo de vida de lujo y gastos de su familia.
Muchos se preguntan, sin embargo, hasta qué punto este hombre de 80 años será capaz de introducir reformas. Mañana Abdullah será entronizado oficialmente al frente del mayor productor mundial de petróleo. Un tercio de las reservas conocidas de crudo se encuentran en territorio de Arabia Saudita.