FRANCIA.- Cuidadosamente empaquetado y listo para despegar se encuentra, en la ciudad francesa de Toulouse, el más reciente triunfo de los europeos para la exploración del sistema solar: la sonda "Venus Express".
El aparato investigará el vecino planeta cubierto de nubes y enviará "diez veces más datos sobre él que los vuelos realizados hasta el momento", excepto los proporcionados por el radar de la sonda "Magallanes" a principios de los años 90, afirma Hakan Swedhem, responsable del análisis de datos científicos del vuelo a Venus en la Agencia Espacial Europea (ESA).
"Construida a un costo muy bajo en un tiempo récord", la sonda de 1,2 toneladas de peso será llevada en avión mañana al cosmódromo kazajo de Baikonur y lanzada al espacio previsiblemente el 26 de octubre con un cohete Soyuz.
Se estima que el 6 de abril de 2006, la "Venus Express", de 220 millones de euros (271 millones de dólares) llegue al planeta.
La misión tiene como objetivo detectar si hay sismos o volcanes activos, y por qué, pese a tener un tamaño muy similar, la masa y la densidad de Venus y la Tierra son tan diferentes. Pero sobre todo qué papel juegan el dióxido de carbono y el efecto invernadero en nuestro vecino más cercano y más próximo al Sol.
Los europeos son los únicos que están enviando en estos años exploradores a todos los planetas del sistema solar interno. El primero fue el "Mars Express" y después de Venus seguirá en 2012 la misión "Bepi-Colombo" a Mercurio.
Los aparatos de medición analizarán las nubes, la niebla y la velocidad de los vientos en la atmósfera, así como la composición química y la geología del planeta, aunque sin acercarse demasiado a los desiertos y profundos valles azotados por las elevadísimas temperaturas.
La sonda no podrá aterrizar en el planeta. Aunque la soviética "Venera 9" logró hacerlo en 1975 tras varios fracasos y envió las primeras imágenes panorámicas de la superficie, en las extremas condiciones de Venus las sondas sólo sobreviven muy poco.
Bajo una densa capa de nubes formadas por gotas de ácido sulfúrico hay temperaturas de hasta 480 grados centígrados.
Debido a esas condiciones la sonda volará alrededor de Venus en una órbita elíptica sobre los polos y a una distancia de entre 250 y 66.000 kilómetros.